Titulada como “Un consejo sincero para Cristina”, el ex ministro de Economía Domingo Cavallo le escribió una carta a la Presidenta donde, entre otras cosas, le dice que “si continúa con el actual Gabinete va a terminar muy mal”.
“”Estanflación, el libro que escribí en 2008, tenía como subtítulo ’Cómo evitar un nuevo Rodrigazo y otros peligros de la economía kirchnerista’”, recuerda el ex funcionario de la Alianza.
“No deseo que este libro se transforme en un pronóstico acertado de las catástrofes que ocurrieron en la Argentina después de ser escrito. Por el contrario, pretendo alertar sobre los riesgos, pero también las oportunidades que enfrentamos como Nación”, indica.
En la carta señala que un “consejo que puedo darle es que convoque a los economistas profesionales, con experiencia de las décadas del 70, 80 y 90 y que, desde 2002 en adelante, contribuyeron a la toma de decisiones claves de la economía. Acá van los tres nombres principales: Roberto Lavagna, Javier Gonzalez Fraga y Mario Blejer”.
Lavagna para ministro de Economía, González Fraga para reemplazar a Guillermo Moreno y Blejer para presidente del Banco Central.
“Si continúa con el actual Gabinete va a terminar muy mal”, concluye el economísta que también fue funcionario del gobierno de Carlos Menem.
Por ‘‘ultimo señala, “a otros buenos economistas profesionales con vocación política, tales como Carlos Melconián, Alfonso Pratt Gay, Federico Sturzenegger, Luciano Laspina, Miguel Braun, Martín Lousteau y Santiago Montoya, entre otros, les recomiendo que dejen de hablar de lo que Cristina debería hacer ahora y se preparen para reorganizar la economía a partir del 10 de diciembre de 2015, cuando los argentinos hayamos elegido a un nuevo gobierno».
“A ellos sí les aconsejo leer, o releer si ya lo han hecho, mi libro ‘Estanflación‘”, conluye.
Esta es la carta (se puede ver en http://www.cavallo.com.ar/?p=1615):
Un consejo sincero para Cristina
“”Estanflación”, el libro que escribí en 2008, tenía como subtítulo “Cómo evitar un nuevo “Rodrigazo”y otros peligros de la economía kirchnerista”. En los tres primeros párrafos del Epílogo se puede leer cual fue mi intención al escribirlo:
“No deseo que este libro se transforme en un pronóstico acertado de las catástrofes que ocurrieron en la Argentina después de ser escrito. Por el contrario, pretendo alertar sobre los riesgos, pero también las oportunidades que enfrentamos como Nación.”
“Ojala Néstor Kirchner lo lea y preste atención a su contenido, como escuchaba cuando venía a visitarme a mi despacho en el Ministerio de Economía o me invitaba a su casa de Río Gallegos y El Calafate.”
“Como lo he reiterado varias veces a lo largo del texto, si él y Cristina dejan de usar las anteojeras ideológicas que desafortunadamente han elegido y comienzan a ver la realidad tal cual es, todavía están a tiempo de luchar eficazmente contra la inflación y prestarle un gran servicio a nuestra patria.”
A pesar de la intención que tuve en 2008 y de la gran actualidad del diagnóstico y pronóstico que hice cinco años atrás, hoy no puedo aconsejarle a Cristina que implemente mi propuesta, porque nadie le creería y además, no cuenta con, ni está en condiciones de, armar un equipo de gobierno capaz de implementarla con consistencia.
El mejor consejo que puedo darle es que convoque a los economistas profesionales, con experiencia de las décadas del 70, 80 y 90 y que, desde 2002 en adelante, contribuyeron a la toma de decisiones claves de la economía. Acá van los tres nombres principales: Roberto Lavagna, Javier Gonzalez Fraga y Mario Blejer.
Roberto Lavagna tiene gran experiencia de los 70’s, cuando fue Director de Precios en la Secretaría de Comercio durante los años que precedieron al Rodrigazo y aplicaba el mismo tipo de políticas de control de precios que aplica ahora Guillermo Moreno, claro que con más profesionalidad. Además fue también Secretario de Comercio Exterior durante los años previos a la hiperinflación, durante el Gobierno del Doctor Alfonsín, y también aplicó políticas muy activas de administración del comercio exterior, no muy diferentes de las que aplica ahora Moreno, pero, nuevamente, con mucho más profesionalidad. Y su actuación más reciente, luego de la pesificación y libre flotación decidida por Duhalde e implementada por Remes Lenicov, logró reactivar la economía y reducir la fuerte inflación que se había desatado en 2002. Lo hizo apelando al congelamiento de tarifas de la energía, la introducción de retenciones a las exportaciones agropecuarias y controlando precios, como el de la carne y otros alimentos clave.
Javier Gonzalez Fraga fue un gran promotor de la idea del tipo de cambio real alto en 2002. Recuerdo que incluso criticaba la intervención en el mercado cambiario que llevaba a cabo desde el Banco Central Mario Blejer, utilizando reservas. Gonzalez Fraga sostenía que el Peso se tendría que haber devaluado mucho más y, por lo que acaba de escribir en la Nación, él piensa que desde 2007 el error del Gobierno ha sido no devaluar el Peso al ritmo del aumento de los precios internos, de tal forma de evitar que el tipo de cambio real haya tenido la apreciación que experimentó desde entonces. Estoy seguro que Ignacio de Mendiguren coincide plenamente con su visión. Parece sugerir que en lugar de los 6 pesos que Moreno ha dicho que valdrá el dólar a fin de año, hoy el gobierno debería elevarlo a 7.5o pesos, que es el resultado de ajustar el tipo de cambio de diciembre de 2007 por el índice de la inflación real. El mercado paralelo parece darle la razón.
Como Lavagna, Javier Gonzalez Fraga tiene también vasta experiencia, si no de los 70s y 80s, sí de los 90s. Fue Presidente del Banco Central durante 1990, justo antes del nuevo rebrote hiper-inflacionario de enero de 1991 y, según recuerda ahora, aunque yo no se lo había escuchado decir durante los 90s, siempre se opuso a la “nefasta”» convertibilidad. Lo más interesante de la opinión actual de Javier Gonzalez Fraga es que está convencido que “es posible salir del actual laberinto cambiario sin mayores costos”.
Mario Blejer nunca se mostró distante de los Gobiernos de Néstor y de Cristina Kirchner y es uno de los economistas que mejor conoce cómo funciona el mercado internacional de capitales y cómo se puede reconstruir confianza en los organismos multilaterales de crédito. Boudou ya intentó ofrecerle el Banco Central cuando lo sacaron a Redrado y estoy seguro que desde esa posición Blejer nunca hubiera cometido los graves errores de la que es responsable Mercedes Marcó del Pont. Como Lavagna, tiene fresca la experiencia de los 70s y 80s porque si bien no estuvo en el país, siguió los acontecimientos desde el FMI y el Banco Mundial, entidades de las que fue alto funcionario. Y , me consta, que conoce muy bien lo que ocurrió en la economía Argentina entre 1970 y la actualidad.
El mejor consejo que yo puedo darle hoy a Cristina Kirchner es que nombre a Roberto Lavagna Jefe de Gabinete, a Mario Blejer Presidente del Banco Central y a Javier Gonzalez Fraga Ministro de Economía. Si continúa con el actual Gabinete va a terminar muy mal.
La gran ventaja de producir este cambio es que en la práctica Cristina podría recuperar parte del apoyo que con bastante frecuencia le brindó el Partido Radical. No hay que olvidar que Lavagna fue el candidato a Presidente por ese partido en el 2007 y que Javier Gonzalez Fraga fue candidato a Vice-Presidente en 2011. Creo que la incorporación de Blejer le ayudaría a Cristina a recuperar algo de credibilidad en el exterior. Y estoy seguro que el control de precios y el control de cambios manejados por el equipo Lavagna-Gonzalez Fraga va a ser mucho más racional y efectivo que manejado por Guillermo Moreno. Mario Blejer en el Banco Central es el que está en mejores condiciones de minimizar el costo recesivo de cualquier política de estabilización, porque al menos inspira alguna confianza en el exterior.
Yo no estoy seguro, más bien diría que soy excéptico, de que este nuevo gabinete tenga un éxito claro en materia de estabilización y crecimiento, pero al menos, lograrán atenuar alguno de los fuertes desequilibrios acumulados y evitarán que sigan aumentando.
A otros buenos economistas profesionales con vocación política, tales como Carlos Melconián, Alfonso Pratt Gay, Federico Sturzenegger, Luciano Laspina, Miguel Braun, Martín Lusteau y Santiago Montoya, entre otros, les recomiendo que dejen de hablar de lo que Cristina debería hacer ahora y se preparen para reorganizar la economía a partir del 10 de Diciembre de 2015, cuando los argentinos hayamos elegido a un nuevo Gobierno. A ellos sí les aconsejo leer, o releer si ya lo han hecho, mi libro “Estanflación”. La oportunidad que Cristina tuvo en 2008, cuando yo escribí ese libro, y que hoy ella ya no tiene porque perdió la credibilidad imprescindible para pegar un viraje semejante, volverá a tenerla un nuevo Presidente que haya ganado las elecciones haciendo campaña con la verdad.