La presidenta Cristina Fernández de Kirchner viajó nuevamente en un jet privado para evitar un eventual embargo de los aviones presidenciales por parte de fondos buitres.
Esta vez la mandataria viajó al Vaticano para entrevistarse con el papa Francisco y asistir a la asunción del sumo pontífice y viajó en el Tango 01 hasta Marruecos, pues tiene una muy buena relación con el rey Mohamed VI.
De allí Cristina continuó en avión privado para que la aeronave no corra la misma suerte que la Fragata Libertad retenida en Ghana y liberada más tarde por el Tribunal del Mar.
De acuerdo al diario Clarín, la presidenta viajó en un jet Bombardier BD-700-1A10 Global Express, con matrícula EC-KVU de la compañía británica Tag Aviation.
La aeronave está valuada en unos u$s20 millones, y tiene una autonomía de 13 horas de vuelo sin recarga de combustible. El jet cuenta con 12 plazas, cinco camas y una habitación con baño privado.
La jefe de Estado llegó a las 16 del día domingo (12 de Argentina) al aeropuerto militar de Ciampino donde fue recibida por los embajadores en Roma, Torcuato di Tella, y en el Vaticano, Juan Pablo Cafiero.
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