Las catástrofes naturales suelen generar un gran número de personas que necesitan asistencia médica y alimentaria, de forma rápida y efectiva, por lo que es necesario contar con un alimento que satisfaga las necesidades nutricionales y brinde la seguridad alimentaria. Con esa premisa, técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), desarrollaron un alimento para ser consumido por poblaciones que se encuentren en situación de emergencia, en especial aquellas derivadas de condiciones climáticas extremas, como las registradas recientemente en nuestra ciudad.
“Es un alimento rico y nutritivo con formato de galletas, que a diferencia de las galletas comunes tienen un bajo contenido de fibras y un alto contenido calórico, y que estarán destinadas para el consumo de la población que se encuentre en situación de emergencia”, explicó la licenciada Alejandra Flores, del área de Investigación y Desarrollo del INTI.
Flores contó que “el alimento se puede consumir por aproximadamente 5 o 7 días, aunque si la situación se extiende por más tiempo, se deberán incorporar otros elementos como enlatados y frutas”.
DULCES Y SALADAS
Los técnicos desarrollaron dos formulaciones, una dulce y otra salada, para que puedan ser consumidos en diferentes momentos del día.
“La idea -se señaló- es que en un mismo envase se entreguen los dos tipos de galletas, para que se puedan ingerir en forma alternada, dulces para desayuno y merienda, y saladas para almuerzo y cena”.
Las dos formulaciones desarrolladas son con sabor a vainilla y a queso, pero que pueden adaptarse a otros sabores como limón, durazno o jamón, entre otros.
“Hemos realizado varias encuestas en situaciones de emergencia -destacó la licenciada Flores- y descubrimos que el formato de galleta es el que tiene mayor aceptabilidad, porque existen barras compactas pero tienen baja resistencia mecánica, es decir, se deforman con facilidad y los envases son muy costosos, a diferencia de las galletas que tienen mayor resistencia y se abaratan los costos del envase”.
Los técnicos del INTI detallaron que en el desarrollo de este alimento se tuvo en cuenta el valor nutritivo, su aceptabilidad sensorial, y la estabilidad durante el almacenamiento en ambientes desfavorables, considerando las tendencias que rigen al sector de alimentos, como la salud y el bienestar, ya que estas galletas son libres de grasas trans, con bajo contenido de sal, sin ingredientes considerados alérgenos, sin T.A.C.C (Trigo, Avena, Cebada y Centeno), es decir apto para celíacos, y fortificadas con vitaminas y minerales.
También se destaca que se trata de un alimento que puede utilizarse en los programas nacionales de asistencia alimentaria para el tratamiento de desnutrición moderada de la población.
En lo que hace a los cereales utilizados para la elaboración de las galletas, los especialistas del INTI señalaron que fueron de elevada disponibilidad en nuestro país, de bajo-mediano costo, y con el aporte de macronutrientes como maíz, arroz y sorgo.
El aporte energético de estas galletas es de 390 kilocalorías cada 100 gramos, y el total de materia grasa es del 35-45 por ciento de la energía total, lo que permite proporcionar la densidad de energía suficiente para satisfacer los requerimientos energéticos, y permitir la elaboración de un producto de peso ligero y elevada palatabilidad, que son las características orgánicas de un alimento, independientemente de su valor nutritivo. Asimismo, se señaló que el contenido de lípidos asegura una adecuada absorción de las vitaminas liposolubles, y que la cantidad de proteínas es baja para prevenir problemas renales y no promover la sed.
Sopas
Las galletas elaboradas para emergencias por los especialistas del INTI pueden también ser hidratadas a partir de los 60 grados centígrados, por lo que es posible su solubilización total para ser ingeridas en forma de sopa