¿Cuántas veces has escuchado estos consejos para intentar alargar tu esperanza de vida?
Infinidad de veces, seguro. Pero lo cierto es que muchos de estos trucos populares no son verdad, y aunque intentes seguirlos a pies juntillas, no vas a vivir más años.
No todos necesitamos dormir ocho horas para estar bien.
Aquí tienes unas cuantas sugerencias que puedes pasar por alto sin que afecten a tu longevidad.
1. Deja el café
Existe la creencia de que tomar varias tazas de café al día puede ser malo para la salud, pero una investigación publicada en el New England Journal of Medicine demuestra lo contrario.
Los participantes masculinos y femeninos que bebían dos o tres tazas al día y no fumaban tenían entre un 10 y un 13 por ciento menos de probabilidades, respectivamente, de morir durante el estudio, de 14 años de duración, que aquellos que nunca o rara vez bebían café.
Además, los hombres y las mujeres que bebían una taza al día tenían un 6 y un 5 por ciento menos de probabilidades de fallecer.
Según los investigadores, cuantas más tazas, menos riesgo de accidente cerebrovascular, diabetes y enfermedades cardiorespiratorias. Pero, ¡cuidado con las grasas y azúcares! Estas calorías extra podrían acabar con cualquier beneficio sobre la longevidad.
2. Duerme ocho horas cada noche
Si bien hay estudios que aseveran que dormir menos de seis o más de nueve horas por noche aumenta el riesgo de mortalidad, “cada uno tiene diferentes necesidades de sueño», afirma el Dr. Shelby Harris, director del programa de comportamiento del sueño en el Montefiore Medical Center del Bronx, en Nueva York.
Así que si te despiertas de manera natural después de dormir sólo, por ejemplo, seis horas y media, no es necesario que te obligues a ti mismo a volver a la cama para llegar a las ocho horas y alargar tu vida. ¡No funciona así!
Para saber cuánto necesitas dormir, intenta no poner la alarma durante una semana para comprobar a qué hora te despiertas. Si te encuentras bien y tienes suficiente energía la mayor parte del día, has encontrado la cantidad ideal de descanso.
3. Bajar tu Índice de Masa Corporal
De acuerdo con un estudio publicado en Journal of the American Medical Association, pesar un poco más podría alargar tu tiempo de vida.
Los adultos que tienen un IMC calificado como sobrepeso pero no obeso (entre 25 y 29.9) tienen un 6 por ciento menos de probabilidades que el resto de fallecer.
El índice de masa corporal no es una herramienta infalible a la hora de medir los riesgos para la salud de una persona. Según Jen Brewer, autor del libro “Stop Dieting and Start Losing Weight”, si el sobrepeso procede de la masa muscular es más probable tener menores niveles de colesterol y un mejor ratio de HDL (colesterol bueno) que LDL (colesterol malo). Además, tendrás menos riesgo de sufrir un ataque cardiaco, enfermedades cardiacas y diabetes, lo cual es bueno para mantenerse vivo.
4. No te preocupes, sé feliz
Ser de esas personas que ven el vaso medio vacío podría mantenerte vivo durante más tiempo. En un estudio publicado en Psychology and Aging, aquellas personas entre 65 y 96 años de edad que pensaron que su vida iba a ser mucho peor sobrevivieron a aquellos que pensaron que tendrían mejores días por delante.
«Nuestros hallazgos revelan que ser demasiado optimista se asoció con un gran riesgo de incapacidad y fallecimiento en la siguiente década», dice el Dr. Frieder R. Lang, de la Universidad de Erlangen-Nuremberg, en Alemania.
«El pesimismo sobre el futuro puede animar a la gente a tomar precauciones de salud y seguridad», añade el autor del estudio.
5. Toma una aspirina al día
¿Podría esa pastilla efervescente ayudarte a ser más longevo previniendo ataques cardiacos, infartos e incluso posibles tumores?
“Si estás sana y eres una mujer de 45 años esto podría no aportar ninguna diferencia”, afirma Nieca Goldberg, directora médica del Joan H. Tisch Center for Women’s Health at New York University’s Langone Medical Center.
De hecho, tomar una aspirina diaria podría provocar úlceras, alergias y enfermedades estomacales.
El vino no es perjudicial para la salud, sólo hay que moderar su consumo.
6. Bebe 8 vasos de agua al día
Se creía que esta era la cantidad que todo el mundo necesitaba para una hidratación adecuada, esencial para ser más longevo. Sin embargo, un estudio del Dartmouth Medical School, en Hanover, desechó esta idea.
Como explica el Dr. Goldberg: “no hay un número mágico de vasos”, y añade que “no tiene porque ser solo agua, podrían ser otros líquidos”. Como los tés, los zumos de frutas (aunque sin gas) e incluso tomar frutas y vegetales es también una buena manera de obtener estos fluidos.
7. La leche es muy buena para el cuerpo
Todo el mundo piensa que beber leche mantiene los huesos sanos y previene lesiones fatales.
Sin embargo, tras un estudio de 12 años de la Universidad de Harvard se encontró que las mujeres que bebían leche tres veces al día tenían más roturas de huesos que aquellas que bebían un vaso o menos de leche a la semana.
Mientras que los lácteos desnatados podrían dar la razón a esta teoría, el calcio es fundamental para tener unos huesos fuertes. Pero también lo puedes obtener de “hojas verdes” como legumbres, vitamina D e incluso perdiendo peso.
8. Reduce el consumo de alcohol
Un vaso de vino al día no solo puede ayudar a tu corazón, sino que también puede añadir años a tu vida. La Universidad de Austin, Texas, demostró que la ingesta moderada (un vaso pequeño de vino al día) reduce la mortalidad incluso entre los adultos de mediana y tercera edad.
El Dr. Goldberg afirma que esto es porque «las enfermedades cardiacas son las principales causas de mortalidad entre las mujeres y el vino está plagado de antioxidantes que previenen enfermedades graves».
9. Toma aportes vitamínicos
Aunque la mitad de la población adulta toma algún tipo de aporte, en 2011 el Iowa Women’s Health Study descubrió que las mujeres que toman aportes multivitamínicos no viven más que aquellas que obtienen estas vitaminas de los nutrientes de su comida.
Solo los suplementos de calcio están relacionados con la reducción de la mortalidad, con un 37 por ciento de usuarios que fallecen contra el 43 por ciento de fallecimientos entre aquellos que no lo toman.
La conclusión de los investigadores es que es mejor obtener las vitaminas y minerales de las frutas y verduras que de unas pastillas.