Los farmacéuticos señalaron, en una comisión parlamentaria, que están capacitados para distribuir la droga y cuentan con los mecanismos de contralor para hacerlo de forma exitosa, como lo hacen con otras sustancias que también generan efectos y adicciones en los usuarios.
«Las farmacias son absolutamente confiables en la distribución de las drogas que se han reglamentado a través del Estado», dijo el diputado del Frente Amplio, coalición de izquierdas en el Gobierno, Jorge Orrico al diario El Observador.
En los últimos días, aparecieron divergencias entre el Gobierno y la bancada de legisladores del Frente Amplio a cerca de quiénes deben encargarse de la producción y venta de marihuana.
Mientas el Gobierno sostiene que el Estado debe producir y vender marihuana, en el Frente Amplio se entiende que ese cometido debe limitarse a privados, con la posibilidad también de permitir el autocultivo y los clubes de cannabis.
El Parlamento uruguayo aún se encuentra estudiando un proyecto del presidente José Mujica para despenalizar el comercio de marihuana dirigido por el Estado con el fin de desplazar a los narcotraficantes del mercado.
Actualmente el consumo de marihuana no está penado en Uruguay, aunque sí su comercialización, y son los jueces quienes deciden la cantidad de droga que puede tener una persona para consumo personal. De concretarse el polémico proyecto, Uruguay sería el primer país en el mundo en desarrollar este tipo de proceso.