Nos gusta celebrar la vida en todos sus sentidos, desde lo superficial a lo más profundo. Somos así, de gustos exquisitos y simples a la vez; intensas, sin perder de vista lo esencial. Analicemos algunos de los tantos productos y situaciones que nos entregan máximo placer.
Por Carolina Palma F.
Según la RAE, placer significa «satisfacción, sensación agradable producida por la realización o suscepción de algo que gusta o complace». Lo cierto es que es tan adictivo que queremos permanecer en ese estado, y para los más profundos podríamos si nos diéramos cuenta del placer de respirar, de caminar por las calles en otoño, escuchar una melodía o recibir la luz del sol en primavera.
¿Qué hacer para disfrutar de todos los placeres? Para el español Pascual Ibáñez, director de la Escuela de los Sentidos y destacado sommelier, es algo muy sencillo que nadie practica. «La ansiedad nos hace engullir en vez de comer. Si te gustan las ostras, te comerás cuatro en dos segundos, pero lo ideal es lo contrario. Hay que dejar lo más posible la ostra en el paladar, porque una vez que cae al estómago perdiste todo su contacto físico, solamente sientes el peso».
Esa explicación se lleva a cualquier otra área de la vida, conduciendo al mensaje que tantos budistas gritan: vivir el presente, cada segundo… Algo así como un presente eterno. «Ahora los chilenos disfrutan más de la vida. En la medida que una sociedad crece económicamente tiene acceso a una serie de buenos productos y una mejor calidad de vida que les permite disfrutar», observa Ibáñez.
Sabemos que los placeres son infinitos, y se relacionan netamente con nuestros sentidos, pero en nuestro 6º Aniversario quisimos enfocarnos en seis que nos cambian el día si los tomamos, comemos, usamos o sentimos… ¡Sin culpa!
La puerta del sexo: el beso
Cuentan que el beso está presente en nuestra historia desde tiempos inmemoriales, que algunos homínidos comenzaron a practicarlo como forma de alimentar a sus bebés mediante la técnica de moler la comida y pasarla de boca en boca. Incluso es practicado por diferentes especies animales (de diversas formas), primates, perros, gatos, pájaros y, en general, nos permite poder demostrar diversos afectos: ternura, pasión, amor, deseo, agresión e incluso indiferencia. Nos gustan los besos, pero de esos bien dados y que ojalá nos mueva las hormonas desde que lo miramos por primera vez (los cuentos de princesas nos jugaron una mala pasada…)
«Cuando besamos activamos alrededor de 30 músculos faciales; esto implica un tremendo gasto energético, liberación de endorfinas, que son hormonas que nos permiten relajarnos, tranquilizarnos y sentirnos felices, por lo que aumentan nuestras sensaciones corporales y estamos más propensas a experimentar placer. Además se libera oxitocina, al igual que en el parto, lactancia y orgasmo, lo que permite y promueve estrechar el vínculo amoroso con aquel que compartimos el beso. Desde esta perspectiva, si besamos constantemente a la misma persona, tarde o temprano terminaremos estrechando lazos, porque nuestro cerebro así lo va registrando», explica Michelle Thomas, psicóloga especialista en sexualidad, directora académica del Centro de Estudios de la Sexualidad Chile.
Por otra parte, Thomas agrega que con el beso se realizan ejercicios faciales que tonifican y mantienen nuestra piel sana, es decir, podemos gastar calorías y mantenernos jóvenes espiritual y físicamente, además de prevenir alergias y promover la higiene dental. ¿Cuál es la técnica para que una mujer sienta que un hombre es un buen besador? Para la especialista en sexualidad es difícil encontrar parámetros fijos que permitan identificar a un buen besador, pero se pueden llegar a consensos. «Aquel que es capaz de hacerte sentir la mujer más hermosa y deseada con sólo tocar tus labios; aquel que es capaz de llevar con un beso a experiencias eróticas corporales sólo con su boca en tu boca; el hombre que cuando cerramos los ojos y pensamos en sus besos, algo recorre nuestro cuerpo y sentimos ese cosquilleo, casi como estar besándolo en ese mismo momento; y al que dan ganas de besar, y aquí seremos un poco más estrictas y genéricas: aseado, con un rico aroma, lindos dientes y boca seductora», enfatiza. ¿Qué tal?
Una casa de chocolate
Que el chocolate es el sustituto del sexo, que lo preferimos antes que el sexo, que engorda, que sirve para la depresión… Se dicen tantas cosas de este exquisito manjar, pero lo único importante es que la mayoría de las mujeres caemos rendidas ante esa oscura barrita. Aunque esto de entregar felicidad no es erróneo, como explica Pascual Ibáñez. «De alguna forma el chocolate regula la pérdida de serotonina, la hormona de la felicidad. Entonces sí es necesario comer chocolate; para algunos es una especie de droga, pero más sana, y hace feliz».
Según estudios, la serotonina ayuda a calmar la ansiedad y hasta provoca sueños placenteros; entonces, cuando estamos «bajas», compramos el remedio –chocolate– sin pensarlo, debido a su componente llamado triptófano, un aminoácido que regula la serotonina en el cerebro. Si te consideras adicta, una buena opción –para no transformarse en la gordita que ama los chocolates– es escoger los que contengan mayor porcentaje de cacao (sobre 60%), debido a sus bajas calorías y menos aditivos.
Porque el vino es bueno
¿Te gusta el vino? Quizás lo amas por tradición familiar o aprendiste a degustarlo en el camino, pero lo importante es que reconozcamos que es un privilegio que exista tanta oferta en nuestro país, y que nuestros vinos sean considerados uno de los mejores del mundo. Además, y no menos importante, sabemos que nos aporta antioxidantes, posee minerales y vitaminas que sirven para mantenernos más jóvenes y activas, junto con aportar menos calorías (90 aproximadamente) que otros brebajes.
«Quizás el efecto inhibidor con ciertos matices relajantes provoca que las mujeres gusten del vino. Todo si uno logra acertar en la dosis ideal, porque recordemos el famoso dicho que dice que una copa puede ser para la cena, dos para alegría y tres para la locura. Ojalá el vino siempre se beba comiendo, porque el alcohol metaboliza mejor», recomienda Ibáñez, de la Escuela de los Sentidos.
¿Un dato? Isabel Shea, brand manager en viña Casa Marín y sommelier, aconseja un vino blanco como el Casa Marín Cipreses Vineyard Sauvignon Blanc, un aperitivo ideal para tomar con amigas después del trabajo. «Es un vino refrescante, con un paladar cítrico y mineral que estimula el apetito para después tomarlo con entradas livianas y sanas como ensaladas, ceviche o queso de cabra».
El reinado del zapato
No sabemos bien si es porque nos quedan bien si estamos flacas o gordas, o porque es el legado de la Cenicienta que perdió su zapato de cristal… La cosa es que nosotras amamos los zapatos. El clóset puede estar lleno, y siempre compramos más «para combinar mejor». Según un estudio realizado por Afife Docmac titulado «Chilenas y zapatos 2012», los compramos porque nos causa un inmenso placer, nos da poder y seguridad frente al resto.
Algunos datos clave: un 42% se siente femenina al comprarlos, un 35% sensual, y un 31% cree que le da carácter. «Las mujeres aman los zapatos porque las viste. Transforman dos tenidas en cuatro, porque son muy inteligentes. Con respecto al taco, mis amigas modelos, pese a que son muy altas, siempre quieren verse más altas. A ustedes les cambia la personalidad andar con taco alto, se sienten mejor», cuenta el reconocido diseñador de zapatos Patricio Arévalo, quien comenta que antes no nos atrevíamos tanto con colores y formas. El cambio rotundo se habría producido al conocer la moda argentina, aumentar nuestros viajes, vitrinear en las redes y ver la cantidad de opciones que existen para nuestros pies.
«Ahora puedes ir a una gala con zapatos de color, en el día puedes usar zapatos amarillos con jeans y te puedes ver espectacular si logras la combinación. La mujer ya se decidió, y me gusta mucho. Ahora la industria nacional en cuero está avanzada en cuanto a tecnología, entonces se logran buenos materiales acá», enfatiza Patricio Arévalo, que nos da un datito. «Creo zapatos hasta doce centímetros, que es un taco femenino. Ahora la moda viene con mucha plataforma, que ayuda a que el pie no quede tan quebrado, de punta. Y acá hacemos una plataforma oculta linda y cómoda de llevar», resalta.
Meditación
Sí, la meditación puede causarnos placer que se relaciona con la paz, felicidad y tranquilidad que tanto buscamos. Si se practica a menudo, los entendidos aseguran que el estado de gozo aumenta, más si logramos sentir la perfección del presente, de nuestra vida y conocemos con certeza que todo cambia si nosotras mismas cambiamos en el interior. No dudes. Está comprobado que la meditación nos ayuda e incluso son visibles en resonancias magnéticas, porque cambiaría la estructura cerebral, beneficiando la salud.
«La meditación se comenzó a practicar en China e India casi contemporáneamente, porque las personas se dieron cuentas que estaban identificadas con el cuerpo o la mente, entonces no podían saber quiénes son ellos mismos. Todos los que sentimientos tiene que ver con la mente que es adquirida, tiene una serie de prejuicios, por lo tanto, la realidad que siento no es real, está con un velo mental. Para separarse de la mente inventaron la meditación, para analizar por qué pienso tal cosa o me pasa otra, para llegar al vacío», explica Corrado Roda, creador de Fundación Athanor (2072752), que difunde y practica del conocimiento trascendente.
Y nosotras tenemos mucho que decir en esta área, porque somos las que más tomamos cursos de meditación o nos acercamos a temas más espirituales. «Ha coincidido que es el fin de Era y el Sol está irradiando energía muy potente, lo que impulsa a la gente a buscar temas más profundos. Los habitantes de ciudades se sienten apurados en encontrar un método que les explique por qué sienten cierta inquietud en su corazón», cree Roda.
Si te interesa aprender a meditar, anota. Centro Shambhala, República de Cuba 2226, Providencia. 223 68 27/ Academia Tsering. Sazie 2078, Santiago. 6951170.
El aroma perfecto
Sabemos que los aromas estimulan nuestros sentidos, afectan nuestro sistema nervioso, nos transportan a momentos felices, nos provoca diversas emociones. Este conocimiento no es nada de actual, se cree 4500 años Antes de Cristo, se usaban los olores como métodos terapéuticos -lo que hoy conocemos como aromaterapia.
Ya lejos de las terapias, las chilenas aceptamos que enloquecemos por los perfumes. La Cámara de Comercio de Santiago (CCS) informó que entre enero y marzo de de este año, las importaciones de perfumes aumentaron en un 51%, y desde el 2006 las importaciones se han más que duplicado. «A través de los olores podemos recordar gratos momentos vividos; los amamos porque nos identifican y porque junto con producirnos agrado, gustan también de quienes están con nosotros. En resumen, es una de las pocas cosas que gusta al que lo usa y al que lo acompaña», ilustra Paulina Moure, Sub Gerente de Comunicaciones de Moure.
¿Cuáles son nuestros aromas favoritos? «Definitivamente van según el carácter de cada persona, pero las chilenas sí les encantan las fragancias frescas, chispeantes como Chance Eau Fraiche de Chanel o bien como Omnia Crystalline de Bvlgari, ya que energizan y dinamizan nuestro ánimo. Para el invierno, definitivamente prefieren las orientales o ambaradas, ya que son envolventes, marcan presencia y obviamente tiene un gran poder de seducción. Además, disfrutan de una excelente fijación y ese gran carácter de sensualidad que es otorgado por cada mujer. No olvidemos que las fragancias nos identifican y prácticamente pasan a ser nuestra ´segunda piel´», destaca Paulina Moure.
Fuente > http://revistamujeres.cl