Los satélites y el cableado de fibra óptica «son proyectos complementarios que tienden a disminuir la brecha digital, porque un incremento del 10% en la conectividad representa entre el 1,5 y el 3% de aumento del Producto Bruto Interno, según Naciones Unidas», afirmó Bianchi en diálogo con Télam. «Es una forma de generar conectividad y dar igualdad de posibilidades en aspectos que en la economía y la vida cotidiana se van haciendo cada vez más importantes para la sociedad», dijo. Argentina es el séptimo país en el mundo en construir satélites de telecomunicaciones y el único en Latinoamérica, lo que demandó una inversión estatal de 6.500 millones de pesos. En un acto realizado el viernes en la empresa rionegrina Invap, que construye los satélites argentinos, Cristina dio por iniciados los ensayos de Arsat-1, cuyo lanzamiento está previsto para el segundo trimestre de 2014, desde la base que una empresa francesa tiene en Guayana. «Arsat-1 está equipado con una antena para Televisión Digital Terrestre, Internet y telefonía sobre IP, y en la misma órbita estacionaria tenemos un satélite alquilado del que irán migrando clientes» hacia la facilidad nacional, informó Bianchi, presidente desde hace seis meses de la empresa estatal de telecomunicaciones. El Sistema Satelital Geoestacionario Argentino de Telecomunicaciones brindará servicios de conectividad en todo el territorio nacional, incluidas las Islas Malvinas y la Antártida, y países limítrofes. La constelación de tres satélites proyectada -que se completará con la puesta en órbita de Arsat-2 en 2015 y Arsat-3 en 2017- llegará a cubrir Latinoamérica y trazará un haz sobre Estados Unidos. «Hoy, el 80% del tráfico que se consume en internet se produce en el exterior; al tener esa infraestructura montada, Argentina incrementará además la porción de contenidos en la producción de televisión de habla hispana». El sistema fue privatizado en los `90 y explotado por la alemana Nahuelsat que, por incumplimientos, estuvo a punto de hacer perder al país dos posiciones orbitales. Fundada en 2006, Arsat fue creada por el expresidente Néstor Kirchner para impedir que Argentina perdiera las órbitas geoestacionarias 72° y 81° (grados)asignadas por la Unión Internacional de Telecomunicaciones, es responsable de la expansión de la red de fibra óptica y encargada de administrar el espectro radioeléctrico en poder del Estado. Respecto a la extensión del cableado de fibra óptica, Bianchi refirió que «desde los `90 y hasta 2010, entre todas las operadoras se hicieron 10.000 kilómetros; en nuestra red, en dos años ya tenemos 20.000 kilómetros tendidos, de los 58.000 kilómetros que vamos a alcanzar en total». Arsat va a «empezar a poner los equipos y transportar información sobre las primeras trazas y la velocidad es la misma que la de la red telefónica», contó. Los efectos beneficiosos sobre el servicio al cliente serán una tendencia «hacia la baja de tarifa por la competitividad» y la homogeneización del precio en el territorio por la instalación en zonas alejadas. También la «interconexión entre países limítrofes como Bolivia, Uruguay, Chile», este último, interesado en dar seguridad a su red en caso de terremoto, usando parte de la red argentina. «Entrar a la sala limpia de Invap, que se hizo en dos años, y ver el satélite `en vivo` es impactante y produce emoción, porque de las cuatro fases -diseño, construcción, ensayo y lanzamiento-, hoy Argentina puede cumplir tres», contó respecto al recorrido por las instalaciones, en Bariloche. «La pasión que se respira ahí es increíble, va más allá del trabajo de empresa», observó Bianchi entre los hacedores de los complejos equipos industria nacional. El personal «calculó la curva sostenida de inversión del Estado en tecnología espacial, dividiendo por quinquenio los kilos lanzados al espacio, y el resultado arrojó que en los anteriores representaban menos de mil kilos, y entre 2011 y 2016, serán unos 13.000», concluyó.
El satélite Arsat 1 aproximan la conectividad inclusiva en telefonía, internet y televisión
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