La mitad de los argentinos tienen inconvenientes para dormir· Los especialistas dicen que las obligaciones cotidianas y el ritmo que imponen afectan el reloj biológico y generan trastornos· Recomiendan una siesta de hasta 40 minutos
Nunca fue tan necesario dormir la siesta como ahora. «Vivimos en un jet lag social porque nuestro reloj interno no está de acuerdo con el horario que nos imponen en el trabajo o la escuela», destacó Daniel Cardinali, director de docencia e investigación en la Facultad de Ciencias Médicas UCA y especialista en cronobiología del CONICET.
El sueño ocupa cerca de un tercio de la vida y resulta imprescindible para la restauración y recuperación física, psíquica y sobre todo neuronal.
En el marco de la Semana del Sueño 2012, que comienza mañana y se extiende hasta el viernes en la UCA, los expertos alertan a Tiempo Argentino que luego de seis horas de haber iniciado el día, dormir un máximo de 40 minutos puede servir como nuevo comienzo para el cuerpo y la cabeza.
Sin embargo, en la actualidad lejos de cumplir con el impasse necesario de la siesta, se duermen entre tres y cuatro horas menos que hace 40 años. Además, informaron que el 25% de los argentinos padece algún tipo de trastorno del sueño y que el 50% tiene «algún inconveniente» para dormir.
Además de ser saludable, la siesta mejora la productividad. «En el mundo, las áreas de Recursos Humanos de muchas empresas buscan que sus empleados tomen una siesta», dijo Daniel Leytaud, organizador de la Semana del sueño , y responsable de Selfishness «siestario», el primer espacio porteño para el descanso de media tarde.
Entre los beneficios de una siesta figuran el incremento de la velocidad del pensamiento, la mejoría de la capacidad de atención y concentración, la potencia de los procesos de consolidación de la memoria, la resolución de problemas y la claridad mental necesaria para el razonamiento y la toma de decisiones.
La falta de descanso, en cambio, es asociada a la hipertensión arterial, depresión anímica, estados de ansiedad, irritabilidad, siniestros viales, caídas, trastornos de la memoria y del aprendizaje. «Las personas aún no asocian el mal dormir y estos problemas, no se hace esta lectura es un problema cultural», aclaró Osvaldo Bruera, especialista del Instituto de Neurociencias de Fundación Favaloro.
El insomnio es uno de los trastornos del sueño más frecuentes que impide la recuperación que el cuerpo necesita durante el descanso nocturno. Existen diferentes tipos: dificultad en iniciar el sueño, despertares tempranos, y pobre calidad de sueño. La prevalencia del insomnio es del 35%, siendo severa en 10 al 15% de los casos. La mitad de los pacientes estudiados por apneas de sueño y/o ronquidos tiene insomnio. Cuando ambas condiciones se presentan juntas, aumentan los problemas psiquiátricos y síntomas cognitivos-emocionales. «El 51% de los adultos reportan síntomas de insomnio varias noches a la semana y el 29% refieren insomnio todas o casi todas las noches», destacó Marcela Cohen, neuróloga de la Clínica y Maternidad Suizo Argentina.
«Cuando dormimos, nuestros cuerpos descansan pero el cerebro está activo. El sueño sienta las bases para un día productivo, es nuestro service nocturno», explicó Mirta Averbuch, jefa de la unidad de Sueño de la Fundación Favaloro.
Durante la primera mitad de la noche predomina el sueño NoREM en el que disminuye el cortisol que es la hormona del estrés, la temperatura corporal y desciende el metabolismo y la actividad de todos los órganos (todos descansan). Luego, el sueño REM/MOR (movimientos oculares rapidos), en cambio se produce la recuperación psíquica, memoria y consolidación de lo aprendido. Y es cuando comienza la actividad onírica. Los tres estados del ser: vigilia-Sueño NoREM y Sueño REM son necesarios e irremplazables.
Lamentablemente, la humanidad avanza subestimando el lugar del sueño y «aumenta la discrepancia entre lo que nos dice el reloj biológico y lo que dice el jefe, o el estrés con el que vivimos», explicó Cardinali. Un ejemplo es lo que ocurre con los turnos rotativos de los conductores de micros de larga distancia, protagonistas de la mayoría de accidentes de tránsito a causa de la falta de descanso. Para Cardinali, «la sociedad debe comenzar a tomar conciencia de la importancia de un buen dormir», porque «deberle al sueño es como deberle al banco, siempre se las cobra». «
Qué hacer para descansar
* ¿Qué evitar? Cafeína, tabaco y otros estimulantes antes de la hora de dormir, dado que su efecto puede durar hasta ocho horas.
* Medicamentos: Algunas drogas pueden producir efecto estimulante, como las usadas para gripe y alergia.
* Alcohol: Si bien su ingesta puede provocar somnolencia, al mismo tiempo el sueño suele ser más “liviano”.
* Rutinas: Se aconseja establecer una rutina, como ir a dormir a la misma hora cada noche, leer un libro, escuchar música relajante o tomar un baño caliente.
* Ejercicios: Hay que realizarlos al menos cinco o seis horas antes del horario previsto para dormir, no después.
* Comodidad: Asegurarse que la habitación y la cama sean confortables, evitar luces brillantes, televisores, celulares y computadoras.
Claves contra el insomnio
Algunas estrategias recomendadas para conciliar el sueño tienen sustento científico.
Es el caso del dicho «Si no dormís, no crecés», ya que durante el sueño, la glándula pituitaria libera oleadas de hormonas que juegan un papel esencial en el desarrollo de los órganos sexuales y el crecimiento.
La recomendación de beber un vaso de leche tibia antes de dormir se debe a que contiene triptófano, que favorece la producción de melatonina, la hormona del sueño.
Por último, el baño caliente se explica porque el calor facilita la activación de las neuronas participantes en el dormir.
La privación
Como el alcohol
Un estudio australiano publicado en la revista británica Occupational and Environmental Medicine, destacó que la privación del sueño es comparable a tener un nivel de alcohol en sangre de 0,05%, lo que perjudica el tiempo de reacción y el juicio.