Los Anticonceptivos hormonales son píldoras, inyecciones y parches para la piel cuyas sustancias activas son hormonas femeninas, estrógenos y progesterona. Inhiben la ovulación y hacen más espeso el moco contenido en el cuello del útero (cervical), al mismo tiempo que generan cambios en el endometrio para que el óvulo no se implante.
Efectos secundarios. En nuestros días tienen alta eficacia y pocas consecuencias adversas, pero pueden provocar:
Irregularidades menstruales. El período de sangrado puede atrasarse o adelantarse, además de ser más intenso o escaso.
Cefalea. Dolor de cabeza.
Sensibilidad en senos. Se vuelven muy delicados al tacto.
Cambio de peso. Por lo general, aumenta.
Cambio de humor. La mujer se muestra irritable.
Acné. Presencia de barros y espinillas a consecuencia de los cambios hormonales.
Contraindicaciones:
Embarazo y lactancia. Su uso en estas etapas está prohibido terminantemente, también cuando hay sospecha de embarazo.
Cáncer de mama. Es la presencia de un tumor maligno en un seno. Cuando este problema está en curso, las hormonas pueden estimular a las células anormales o cancerígenas.
Problemas hepáticos. Hepatitis o tumor de hígado son condiciones que pueden empeorar con estas hormonas.
Tabaquismo. Mujeres que fuman más de 20 cigarrillos al día (una cajetilla) pueden ser más propensas a padecer cáncer