(El Pueblo en Línea)-El azúcar produce impactantes efectos en nuestro cerebro, los cuales no se diferencias mucho del que producen las drogas, el tabaco o el alcohol.
Al comparar un cerebro normal con el de un obeso o el de un adicto a la cocaína, el normal tienen mucha más cantidad de dopamina. Una sustancia química producida por el cerebro, asociada con la recompensa.
Por ejemplo, cuando alguien experimenta una sensación de recompensa al comer una comida sabrosa, el nivel de dopamina alcanza su punto máximo. Sin embargo, para los adictos se trata de todo lo contrario. El pico de dopamina solo llega en anticipación a la recompensa, en vez de hacerlo con la recompensa real. Y cuando esta se consigue, los efectos son débiles porque el cerebro ha sido inundado de dicha sustancia.
Estudios demuestran que los adictos tienen menos receptores de dopamina en su cerebro, por lo cual, las señales de esta sustancia se envían más débiles entre las células. Lo que el tabaco, el alcohol y la cocaína le hacen al cerebro, lo mismo le hace el azúcar.
Los investigadores descubrieron que los productos ricos en azúcar y grasa pueden ser tan adictivos como la cocaína. Estos estimulan al cerebro de la misma manera en que lo hacen las drogas.
Muchos especialistas opinan que estos productos representan mayor peligro que las drogas, por su accesibilidad.