El presidente del BID, Luis Moreno, destacó que «ya se está demostrando la capacidad de exportación de la región en términos reales», según consignó la agencia Télam. «Desde las vastas fincas productoras de granos del Brasil hasta las empacadoras de carne de Argentina y Uruguay y las pequeñas fincas cafeteras de América Central, los cultivos de espárrago del Perú y los campos de maíz de México», puntualizó el titular del Banco. En el análisis recientemente publicado bajo el título `La próxima despensa global. Cómo América Latina puede alimentar al mundo`, el BID indicó que «gracias en gran parte, pero no en su totalidad, a los excedentes netos de la comercialización de productos agrícolas de Brasil y Argentina, y la fuerte producción en México; la región ya está cobrando importancia como exportadora de alimentos». Subrayó que «tan sólo tres países, Brasil, Argentina y México, representan el 72 por ciento de toda la producción agrícola de la región». De todos modos, aclaró que «a pesar de su gran volumen de producción, México todavía es uno de los pocos países importadores netos de alimentos en América Latina». Según el informe del BID, «existe un enorme potencial para una mayor productividad en toda América Latina». Puso de relieve que «Argentina, Brasil, Chile, México y Perú han aumentado su producción agrícola, al tiempo que han mantenido las mismas cantidades de insumos, es decir, de tierra, mano de obra, fertilizante, maquinaria y ganado, en el proceso de producción agrícola, aumentando así su Productividad Total de los Factores». El análisis remarcó que «si la región mantiene su actual tasa de crecimiento de Productividad Total de los Factores, de 2,67% anual, la demanda interna de alimentos se puede satisfacer y exceder para el 2030, permitiendo así aumentar enormemente sus contribuciones a los mercados agrícolas mundiales y, de ese modo, su participación en las exportaciones de alimentos». Precisó que a los gobiernos de «Argentina, Brasil y México se les atribuye el 86 por ciento del incremento de las erogaciones en investigación y desarrollo (I+D)», de la última década en la región. A modo de ejemplo, el informe destacó que «el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Argentina ha trabajado exitosamente con la industria privada, en el diseño de máquinas cosechadoras que reduzcan las pérdidas de grano en el momento de la cosecha de varios cultivos como el arroz y el trigo»
El BID destacó la producción alimentaria argentina
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