Si bien la base del equipo que perdió ante Chile en Santiago hace un año era similar a la del equipo subcampeón del mundo bajo las órdenes de Alejandro Sabella, el esquema y, pocos nombres nuevos, le daban al equipo de Gerardo Martino una nueva impronta con similares protagonistas. Romero; Zabaleta, Garay, Fernández, Rojo; Mascherano, Gago; Di María, Messi, Agüero e Higuaín era el once ideal en 2014, por expreso pedido del 10 al entrenador, quien siempre aseguró que su esquema favorito era el 5-3-2. Sin embargo, por lesiones, la final de la Copa del Mundo la terminaron jugando Enzo Pérez y Ezequiel Lavezzi, en lugar de Agüero y Di María. El desembarco del “Tata” implicó que la Selección pase a jugar un 4-3-3 bien definido y el equipo que disputó la edición 2015 de la Copa América así lo prueba. Romero; Zabaleta, Garay, Otamendi y Rojo; Mascherano, Biglia y Pastore; Di María, Agüero y Messi. Tres nombres nuevos, respecto a la Copa del Mundo, además de la distribución en el campo de juego. Para la Copa América Centenario, el recambio fue aún mayor, no solamente producto de una búsqueda del entrenador, sino también por la edad de algunos futbolistas y dificultades físicas de otros. En Estados Unidos, Martino debió armar su once ideal “sobre el pucho” del inicio del campeonato y cambiar constantemente por la abundancia de jugadores lastimados en la previa del certamen y durante el mismo. Romero, Mercado, Otamendi, Funes Mori, Rojo; Mascherano, Augusto Fernández y Banega; Di María, Higuaín y Messi fue el once que inició la Copa América hasta mutar, especialmente de la mitad de la cancha hacia adelante con los ingresos de Nicolás Gaitán y Ezequiel Lavezzi, ambos descartados para la final y reemplazados por Erik Lamela o Sergio Agüero. Pastore, por lesión, no tuvo minutos, Biglia apenas pudo entrar algunos instantes y Rojo es la duda junto con Di María. Víctor Cuesta, junto a Augusto, Funes Mori, Gaitán, Lamela, Kranevitter y Maidana son los nombres nuevos que, junto a los que se destaquen en Río 2016, aparecen como “la nueva generación” del seleccionado nacional, poniendo en duda la continuidad, por edad y cuestiones futbolísticas de jugadores como Garay, Zabaleta, Mascherano, Lavezzi, Pastore y otros.
El cambio de nombres y de esquema a lo largo de tres finales en dos años
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