Por: Valeria Chavez vchavez@infobae.com
Un especialista del Instituto Madrileño de Oncología de paso por Buenos Aires para presentar dos técnicas revolucionarias que mejoran la calidad de vida y supervivencia de los pacientes con cáncer dijo a Infobae que «es factible aumentar el control local tumoral y aumentar un 50% la esperanza de vida»
«Hace diez años una persona con metástasis cerebral estaba condenada a muerte. Tenía una esperanza de vida de no más de tres meses. Hoy es posible que viva dos años y en breve serán muchos más. El cáncer puede dejar de ser una enfermedad terminal y convertirse en una crónica». Así de terminante fue el doctor Kita Sallabanda, neurocirujano del Instituto Madrileño de Oncología (IMO) invitado a participar del Congreso de Neurocirugía, que se realizó en Buenos Aires.
Es que el especialista en tratamiento contra el cáncer vino a proponer dos técnicas revolucionarias que mejoran la calidad de vida y supervivencia de los pacientes con esta enfermedad: la tomoterapia y la radiocirugía robotizada, con el sistema CyberKnife.
Tras asegurar que la medicina hoy «tiene que dar al paciente más vida sin síntomas colaterales», Sallabanda destacó que estas nuevas tecnologías «además de una mejor relación de costo y beneficio, minimizan o eliminan los posibles efectos secundarios, con lo que se logra que los enfermos se puedan reincorporar a sus actividades normales, incluso laborales, casi de forma inmediata».
Invitado por Delec Científica Argentina S.A., el especialista explicó a Infobae que la radiocirugía se trata de un concepto avanzado de «cirugía sin bisturí, que erradica el tumor sin tener que operar tal como se conoce hasta hoy». «Se hace con un sistema robótico muy preciso, que permite, en una sesión de 20 minutos, tratar un tumor (cerebral, de pulmón, hígado, próstata o columna) con un tratamiento basado en cuatro pilares: una dosis alta de radiación, muy precisa, que va dirigida a un blanco muy definido, en un solo día», detalló Sallabanda.
«Gracias a la radiocirugía robotizada logramos el control local de las metástasis cerebrales en más del 90% de los pacientes que sufren este tipo de lesiones», precisó el especialista, quien puntualizó: «Se trata de un acelerador lineal muy ligero y compacto, montado en un brazo robótico y controlado de forma computarizada, integrado a unos sistemas de captación de imágenes y del movimiento de los órganos y del tumor. Esta tecnología dota a Cyberknife de una gran capacidad para moverse alrededor del paciente en prácticamente cualquier dirección y de sincronizar sus desplazamientos con los movimientos del tumor y de los órganos internos, como es la respiración, manteniendo una precisión submilimétrica sobre la zona a radiar».
A diferencia de la radiocirugía convencional, no requiere un sistema invasivo para inmovilizar al paciente, pueden realizarse hasta cinco sesiones, permitiendo aplicarlas en cualquier parte del cuerpo.
Por su parte, la tomoterapia es una novedosa técnica guiada por imagen que permite ajustar la radiación a la forma del tumor, gracias a la combinación en un mismo equipo de un tomógrafo y un acelerador lineal que gira en forma de espiral, 360 grados alrededor del paciente. Esto posibilita escalar la dosis de radiación y minimizar la toxicidad sobre los órganos próximos al tumor, lo que hace que la tomoterapia sea uno de los referentes de calidad en la lucha contra el cáncer.
La tomoterapia se distingue de los aceleradores lineales convencionales ya que todas las patologías pueden ser tratadas de igual forma, no se necesita de accesorios adicionales para llevar a cabo el tratamiento, es un sistema fácil de operar, totalmente integrado, amigable con el usuario, donde las dosis de radiación se ajustan al tamaño y volumen del tumor, se puede irradiar en regiones extensas y en varias lesiones al mismo tiempo.
«Es un método indicado para aplicar en tumores próximos a órganos vitales, agresivos y en aquellos reirradiados con otros sistemas: en cabeza, cuello, pulmón, hígado, pierna y médula», destacó Sallabanda.
Con el convencimiento de que «la tecnología avanzó en dos direcciones: tratar el cáncer y no hacer daños ‘colaterales’ a los pacientes», el especialista aseguró que es por eso que puede afirmarse que el cáncer dejaría de ser una enfermedad terminal para pasar a ser crónica. «En casos de metástasis cerebrales antes de esta tecnología el paciente tenía una expectativa de vida de tres semanas a cuatro meses y ahora la sobrevida es de 18 a 24 meses. El cambio es abismal», remarcó y agregó: «En casos de cáncer de mama la sobrevida es de 20 años con metástasis cerebrales; la mayoría de los pacientes no mueren del tumor primario».
Actualmente existen en el mundo más de 10.200 aceleradores lineales convencionales -dispositivo que se usa para dar radioterapia a enfermos con cáncer- y sólo 300 equipos de tomoterapia. Si bien aún no desembarcaron en la Argentina, países cercanos como México, El Salvador y Puerto Rico ya cuentan con él, mientras que en Chile, el primer equipo está en proceso de instalación.
En ese sentido, Sallabanda consideró que «todo país que se precie de desarrollado tiene que tener estas tecnologías» y destacó que «debería tratarse de una unión de esfuerzos gubernamentales y de capitales privados».
«Uno no tiene que pensar en términos comerciales sino clínicos. La radiocirugía es un concepto, no una máquina. Es importante entender que no se trata de vender una máquina sino de aplicar un concepto», finalizó.