El consumo de agua en lugar de otras bebidas puede contribuir al manejo del peso corporal, ya que permite reducir la cantidad calorías ingeridas durante las comidas. Así lo reveló una importante investigación que fue presentada en el marco del XIX Congreso Argentino de Nutrición, que se llevó a cabo esta semana en Mar del Plata. El sobrepeso y la obesidad constituyen un problema creciente en la Argentina, ya que con una prevalencia de 53,4 por ciento en mayores de 18 años, según la II Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR) de 2009, tiene proporciones epidémicas con fuertes repercusiones en la prevalencia de otras afecciones. La obesidad es considerada como un factor de riesgo para el desarrollo de patologías tales como enfermedad cardiovascular, diabetes tipo 2, diversos tipos de cáncer, problemas respiratorios y artritis. Es por eso que, durante el Congreso, uno de los ejes fue la cuantificación del impacto económico de esta patología debido a asociación con otras, complicaciones cardiovasculares y muerte prematura, y la búsqueda de intervenciones costo-efectivas que puedan prevenirla/tratarla. En este sentido, dos investigaciones destacaron sendos impactos: por un lado, un estudio realizado en el país concluyó que en 2007 el sobrepeso y la obesidad le costaron a la Argentina 190 millones de peso debido a muerte prematura; por el otro, una investigadora estadounidense mostró la conexión entre beber agua y bajar de peso, un enfoque innovador. Juan José Gagliardino, investigador del CONICET y director del Centro de Endocrinología Experimental y Aplicada (CENAXA), destacó que «es necesario implementar estrategias efectivas de prevención y tratamiento del sobrepeso/obesidad para difundir su alto costo socioeconómico y los años de vida saludable perdidos por su causa». En una importante revisión realizada por Jodi Stookey, científica asistente staff de Children s Hospital & Research Center Oakland, Estados Unidos, se analizó la evidencia científica que avala la recomendación de beber agua para el manejo del peso. Stookey explicó que «beber agua puede simultánea y automáticamente disminiur la ingesta total de energía y facilitar que se quemen las grasas». “Lo que quiero decir con automáticamente es que las personas que toman agua no tienen que hacer un esfuerzo consciente por comer menos para evitar las calorías extras», detalló la especialista estadounidense. A diferencia de otras bebidas, el agua no contiene carbohidratos ni proteínas, por lo que no desencadena la secreción de insulina; en consecuencia utiliza las grasas como combustible para obtener energías, fenómeno que se denomina habitualmente quemar grasas en lugar de acumularlas. «Nuestro organismo prioriza la utilización de carbohidratos como combustible antes que grasas. Cada vez que aumentan los carbohidratos o la insulina en nuestra sangre, nuestro metabolismo se vuelca a quemarlos. Se suprime el consumo de grasas por parte del organismo para poder quemar carbohidratos», indicó la investigadora. Stookey enfatizó que «esto significa que si uno come grasas y las acompaña con jugos o gaseosas, el organismo quemará primero los carbohidratos de la bebida, mientras la grasa ingerida se acumulará y deberá esperar para ser quemada» y remarcó que «lleva dos a cuatro horas procesar los carbohidratos». «En otras palabras, las bebidas calóricas suprimen la tasa de grasa que se quema durante horas a lo largo del día. Es como forzar al organismo a manejar lentamente en lugar de rápido; las grasas estarían esperando para ser quemadas durante horas. Si uno come o bebe carbohidratos como refrigerio, y otra vez durante el almuerzo, se está limitando la oportunidad de quemar esa grasa, e incrementando la chance de acumularla y aumentar de peso», remarcó.
El consumo de agua en lugar de otras bebidas puede contribuir al manejo del peso corporal
Que opinas? Deja tu comentario