Caza tardía de peronistas para ampliar la Base de Sustentación Política.
escribe Oberdán Rocamora Redactor Estrella, especial para JorgeAsísDigital Pese a la inapelable reticencia del pensador Jaime Durán Barba, El Equeco, vuelve a tratarse la necesidad de ampliar la Base de Sustentación Política del Tercer Gobierno Radical, que preside Mauricio Macri, El Ángel Exterminador. En efecto, en la reunión semanal del selectivo Grupo de los 5, que transcurre los lunes en el despacho del Premier Marcos Peña, El Pibe de Oro, se deslizó otra vez el proyecto trunco de la ampliación. En presencia de los originarios, los paladares negros que tienen territorio. La señora María Eugenia Vidal, La Chica de Flores de Girondo, que gobierna Buenos Aires (inviable), y Horacio Rodríguez Larreta, El Geniol, que despacha en el Maxi Quiosco del Artificio Autónomo. Completaban el quinteto los dos re-adaptados. Rogelio Frigerio, El Tapir, y Emilio Monzó, Un Pie Adentro. Pese a los desplantes de los adoptados, se impuso la necesidad de retenerlos. Del aislamiento cercano a la renuncia ambos pasaron a la exclusiva mesa del poder central. No todo es Doctora o Ángel Ampliar la base significa, en la práctica, abrir la temporada caza para captar con la red a los peronistas racionales que brinden sustento. Cuando Monzó lo propuso por primera vez, tenía los dos pies adentro y el TGR aún estaba demasiado fuerte. Los menos optimistas creían tener macrismo asegurado hasta 2027. En su plenitud, la dupla Peña-Durán Barba, con el consentimiento del Ángel, resistía la propuesta de mezclarse con representantes de «lo viejo». Se habían adueñado de la hegemonía del Cambio. Carecía de sentido «volver atrás». Por entonces ningún cambista imaginaba que, de la mano del presidente, y con el estilo de conducción de la jefatura de gabinete, el TGR iba a caerse. Como un suicida o un piano. Al volver a deslizarse la mala idea de la ampliación, se sentía la acidez del fracaso, un derecho humano. En una posición desastrosa de debilidad, deben comprender, para colmo, que ya es tarde para salir a cazar. Porque los peronistas que proponían reclutar, para ampliar la dichosa Base de Sustentación, hoy ya están inmersos en otra campaña. Pretenden encabezar sus propios proyectos, mientras intentan alejarse de los dos polos inevitables de poder. Los que, según cálculos, se reiteran. Otra vez debe optarse entre La Doctora o El Ángel. Pugna de «efectos comparativos». Aquellos que a Monzó y Frigerio, los adoptados, les interesaba atraer para Cambiemos, hoy mantienen la osadía de proponerse para presidentes contra Cambiemos. En conjunto, hasta hoy, reprodujeron la magnitud de una fotografía. Desde donde intentan confortar a la sociedad con el mensaje esclarecedor: «Hay alternativas. No todo es Doctora o Ángel en la vida». La retaguardia rota Juan Manuel Urtubey, El Bello Otero, debe forzarse para desarticular aquella similitud que atraía a los macristas. Pero que hoy no le sirve para enfrentarlos. Para brindarle legitimidad a su candidatura. Otro que hubieran querido acercar, en la temporada de caza, es Miguel Pichetto, El Lepenito. Supo respetar los acuerdos. Hoy naufraga en la búsqueda del propio espacio que lo lleve, al menos, a ir como vicepresidente de alguien. En cambio Juan Schiaretti, Vuelve Juan, sigue como protagonista de una situación límite. Se dispone en Córdoba a vencer al macrismo. Aunque en simultáneo es el preferido de Macri en la provincia. En desmedro del radical Mestre. O de Mario Negri, El Desairado. El que resta de la fotografía es Sergio, el Titular de la Franja de Massa. Si los tres primeros -Urtubey, Pichetto y Schiaretti- aún entusiasman a los cazadores tardíos de Cambiemos, el cuarto -Massa- los excede. Los atormenta. Los espanta. No le pueden creer ni confiar. Lo consideran el artesano de la negociación del Peronismo Perdonable con La Doctora. Los sorprendió a contrapierna en el Consejo de la Magistratura. En una maniobra que aún provoca dolor por la ruptura de la retaguardia. Se expande la alarma en el TGR. Deben impedir que artimañas po