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viernes, noviembre 22, 2024
El duro relato de la mujer de un tripulante del submarino ARA San Juan

El duro relato de la mujer de un tripulante del submarino ARA San Juan

El duro relato de la mujer de un tripulante del submarino ARA San Juan

El submarino ARA San Juan desapareció el pasado 15 de noviembre, después de tener el último contacto con la base en Mar del Plata, destino al que se dirigía. Aún está desaparecido. Las familias de sus 44 tripulantes tuvieron que pasar una Navidad muy particular este año. Sergio Cuellar estaba casado con Laura Alancay y eran padres de Bruno. Ella trató de esconderle la fecha a su hijo ante la ausencia de su padre. En el domicilio de la familia, anoche no hubo música porque «él se encargaba de llevar los bafles y elegir los temazos que los hacían bailar toda la noche. No hubo pollo relleno. Su esposa no pudo -por primera vez en los diez años que pasaron desde que se conocieron- hacerle su receta favorita», consignó el diario Clarín. «Faltó todo. Tuve que esconderle la Navidad a mi hijo. Desde los primeros días de diciembre ya ni le hablaba de las Fiestas. Tenía miedo de que preguntara por su papá. Ni siquiera armé el arbolito, pese a que me lo pidió. Quería protegerlo de la tristeza. Estos festejos al padre le encantaban», manifestó. El plan no pudo llevarse a cabo porque es imposible ocultarle las ilusiones a un niño. Bruno vio los adornos en la Ciudad y las promociones navideñas. «Todos estuvimos tranquilos para que él no notara nada. En la mesa no se habló del submarino. Pero no era como se dice: ‘él estaba ahí’. No. Realmente había una silla vacía. La misma que va a estar vacía en Año Nuevo y en las próximas Navidades. Fue muy muy triste», reveló. El único momento en el que no pudieron contener las lágrimas, fue cuando el padre de Laura, que se llevaba muy bien con Sergio, leyó la carta que escribió el cura durante la misa del 24 de diciembre en la Base Naval Mar del Plata. Todas las mujeres de los tripulantes decidieron hacer una remera con una frase que recuerde a sus familiares. «La usó Bruno», relató la joven de 25 años. Además, infló 4 globos con helio y puso figuras de un submarino en cada uno. Sobre la superficie escribió los 44 nombres de la tripulación. Cuando dieron las 12, el pequeño Bruno fue al patio y los soltó. Laura comenzó a llorar cuando se hicieron las 2 de la mañana y se encontraba en su cuarto, acostada, sin las miradas de su hijo.

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