La foto del fin de semana entre los Moyano y la Iglesia generó malestar en el Gobierno, en momentos de una escalada de tensión entre la cúpula de Camioneros y la Casa Rosada por el plan económico y las causas judiciales que involucran a los sindicalistas.
En el Ejecutivo creen que el Papa Francisco respalda los gestos de apoyo de la Iglesia hacia Hugo y Pablo Moyano y sus aliados. De hecho el propio secretario adjunto de Camioneros dijo que la misa del sábado hacia la Basílica de Luján «no se podría haber hecho sin la venia» del Sumo Pontífice.
En la misa hubo cuestionamientos al modelo económico del Gobierno de parte del arzobispo de Mercedes-Luján, Agustín Radrizzani, que pidió más interacción «entre el Estado y el Pueblo», y se produjo después que el juez Luis Carzoglio rechazara el pedido de detención de Pablo Moyano en la causa por asociación ilícita en Independiente.
Hubo una fuerte asistencia de dirigentes de la oposición y sindicalistas críticos del Gobierno, como la intendenta de La Matanza Verónica Magario y el jefe comunal de Merlo Gustavo Menéndez, además de sindicalistas como Roberto Baradel (SUTEBA) y Hugo Yasky (CTA de los Trabajadores), vinculados al kirchnerismo.
En la previa la Iglesia ya había tenido un fuerte gesto con los Moyano cuando Monseñor Jorge Lugones, Obispo de Lomas de Zamora y presidente de la Comisión Episcopal de la Pastoral Social, se reunió con el jefe de Camioneros para debatir sobre «la situación de los trabajadores ante la inflación, el deterioro de los salarios y el cierre de empresas».
Desde el Gobierno se contactaron con el Episcopado para interiorizarse del «detrás de escena» de la misa. Desde la Iglesia les respondieron que una misa «no se le niega a nadie» y negaron que la cúpula de la institución la haya organizado, consigna La Nación.
La misa generó incluso reacciones en la oposición: el gobernador de Santa Fe, el socialista Miguel Lifschitz (crítico del Gobierno) dijo que «no es bueno» que la Iglesia «tome partido de coyunturas políticas». «No está mal que dialoguen con los sindicalistas aunque sí que jugaran en un partido político, en un sector de la política», dijo el mandatario provincial en una entrevista a Radio Mitre.
La foto entre la Iglesia, los Moyano y sus aliados se produce en plena escalada de conflicto entre el Gobierno y los gremios. Especialmente con los líderes de Camioneros, que acusan al Ejecutivo de estar detrás de las causas judiciales que involucran a la cúpula.
Esta semana el fiscal Sebastián Scalera vuelve a pedir la detención del secretario adjunto de Camioneros en la causa por asociación ilícita en Independiente, mientras que la CGT define la fecha de un paro de 36 horas en noviembre, en lo que sería la quinta medida de fuerza general contra la gestión de Macri.