En 1973, Alicia Beatriz Oliveira se convirtió en la primera jueza del fuero penal, hasta que fue expulsada por la dictadura cívico-militar, y desde ese momento dedicó su vida a la defensa de los derechos humanos como abogada, presentando numerosos hábeas corpus que le implicaron ser perseguida. Fue también una de las fundadoras del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), defensora del Pueblo de la Ciudad y, más tarde, directora de Derechos Humanos en la Cancillería, durante la presidencia de Néstor Kirchner. También formó parte de la comitiva que acompañó a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a Roma cuando el Papa fue ungido, con quien mantuvo una amistad que cultivó toda su vida. Más tarde, ofició de nexo entre Francisco y el recientemente designado embajador ante el Vaticano, Eduardo Valdés, con quien también la unía una estrecha amistad. La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación expresa sus condolencias a familiares y compañeros de Alicia y los acompaña en este doloroso momento.
El Gobierno expresó su pesar por el fallecimiento de Alicia Oliveira
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