Especial para EL DIA de National Geographic
Podemos detectar hasta un billón de olores diferentes, según un nuevo estudio científico que se llevó a cabo en Estados Unidos.
Y eso es mucho más de lo que se pensaba.
El estudio en cuestión es el primero en analizar de manera científica y rigurosa el sentido del olfato.
A través de un estudio realizado en la década de 1920 se había determinado que el ser humano podía oler aproximadamente 10.000 olores distintos.
Pero ese cálculo no estaba respaldado por datos, explicó Leslie Vosshall, investigadora de la Universidad Rockefeller, de la ciudad de Nueva York, y coautora del estudio que recientemente ha sido publicado en la prestigiosa revista Science.
Sin embargo, esa cifra antigua permaneció sin cambios hasta ahora.
vieja creencia
Andreas Keller, uno de los coautores del estudio, explica que la antigua cifra de 10.000 olores que se decía que el olfato podía percibir se había basado en el supuesto que hay cuatro calidades olfativas elementales- fragante, ácido, dulce y a quemado- y que podemos distinguir diez intensidades diferentes de cada una de estas cualidades, 10 x 10 x 10 x 10 = 10.000.
Pero añade que, desafortunadamente, ambos supuestos eran erróneos.
La noticia de que el hombre puede oler un billón de mezclas de olores no sorprendió a la mayoría de los científicos que estudian el olfato dado que es muy inusual encontrar dos mezclas de olores que no puedan distinguirse.
Y como el número de mezclas posibles es altísimo, 10.000 siempre pareció demasiado poco.
mezclas de olores
Keller explica que durante el desarrollo del estudio trabajaron con mezclas de olores y no con olores únicos porque existe una condición denominada anosmia que hace que quienes la paceden no puedan percibir un tipo específico de olor, como el musk.
Para esas personas, algunos olores únicos son inoloros.
Pero en el caso de las mezclas, este efecto no se produce porque todavía si una persona no puede oler alguno de los componentes de una mezcla, puede oler las fragancias restantes.
En un estudio anterior, Keller reunió a 100 personas y les pidió que expresaran sus impresiones sobre 60 olores diferentes.
Vainillín fue el favorito, y el ácido isovalerico (compuesto que le da al queso su olor característico) fue el menos votado.
Pero todas las personas eran de la zona de Nueva York, de manera que no se puede considerar una preferencia universal. Ahora, desde un punto de vista evolutivo, podría considerarse que el olor a fruta es un olor universalmente agradable y el de la carne en descomposición, desagradable.
Hay una enorme variedad de habilidades olfatorias entre las personas. Muchas se deben a una variedad genética en los receptores olfativos. No obstante, el científico explica que hay distintas formas de medir si una persona tiene buen olfato y es tendiendo en cuenta su sensibilidad, la capacidad de distinguir entre olores similares, la capacidad de identificar componentes de una mezcla.
Al igual que muchos científicos que investigan este campo, Keller se ha propuesto determinar qué es lo que hace que los olores huelan similares o diferentes. Y esa es la línea de investigación que seguirá. “Me interesan especialmente los pares de mezclas que no comparten ningún componente y sin embargo huelen de manera semejante”, finalizó el científico.