El sacerdote Julio César Grassi, que está cumpliendo una condena de 15 años de prisión por abuso sexual contra un menor de edad que estaba bajo su guarda, insistió hoy con el pedido de libertad ante la Suprema Corte de Justicia bonaerense. Tras la denegatoria que sufrió en todas las instancias anteriores, incluida el Tribunal de Casación bonaerense (el máximo órgano penal provincial), Grassi recurrió a la cabeza del Poder Judicial de ese Estado para recuperar la libertad. Entonces, la defensa de Grassi, que desde hace algunos meses está a cargo del abogado Rodrigo González, pidió que sea la Corte provincial la que revise esa decisión, informaron hoy fuentes judiciales. Grassi sostiene que la condena aún no está firme porque queda pendiente un pronunciamiento de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. El cura fue condenado en 2009 a 15 años de prisión por el Tribunal Oral de Morón por abuso sexual de un menor que vivía en la Fundación «Felices los Niños», que él dirigía. Inicialmente Grassi no fue preso porque la condena no estaba firme, hasta que eso ocurrió en septiembre del año pasado cuando la Corte bonaerense ratificó la pena de 15 años de prisión. Tras esa decisión, las querellas que representan a las víctimas de Grassi pidieron su detención y los jueces del tribunal oral -Mariana Maldonado, Claudio Chaminade y Pablo Lucero- ordenaron en septiembre del año la detención del cura para que comience a cumplir la condena. La defensa de Grassi alega que la condena no está firme ya que resta que la Corte Suprema de Justicia nacional se pronuncie sobre el caso, por lo que insiste en pedir su libertad hasta que eso ocurra. Hasta ahora los pedidos de libertad fueron rechazados porque en distintas instancias se consideró que existe peligro de fuga en caso de que Grassi quede libre. El cura cumple la condena en la cárcel del partido bonaerense de Ituzaingó, en el oeste del conurbano provincial. Cuando la Corte bonaerense confirmó el año pasado la pena por abuso sexual agravado y corrupción de menor, Grassi envió una carta al Obispado de Morón -ya que se desempeña bajo su jurisdicción- en la cual aseveró que «los hechos que motivan su condena son inaceptables». El caso fue destapado en el año 2002 por «Telenoche Investiga», que reprodujo la denuncia de un joven conocido con el alias de «Gabriel». Luego se sumaron a las denuncias otros dos muchachos, «Ezequiel» y «Luis». Pero la Justicia entendió finalmente que podía probarse solamente el caso de «Gabriel», por el que Grassi fue sentenciado.
El padre Grassi pidió su excarcelación a la Corte Suprema bonaerense
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