El papa Francisco bautizó este sábado al hijo de su amigo Sergio Sánchez, cartonero e integrante de la Federación de Trabajadores de la Economía Popular, en una ceremonia en la capilla de la residencia Santa Marta, en Roma.
El niño -hijo de Sánchez y de Jaqueline Gómez, vecinos de Villa Fiorito-, se llama Francisco y el padrino del bautismo fue el colaborador de la Federación, Juan Grabois, informó Télam.
Ademas de la familia, estuvieron presentes el secretario de la Oficina de la Presidencia del Consejo Pontificio de Justicia y Paz, Michael Czerny, y periodistas invitados.
«El bautismo se da en un momento en el que movimientos populares de argentina y otros países latinoamericanos temen por la continuidad de las polítcas sociales inclusivas, el regreso de la economía neoliberal, el recrudecimiento de la represión a la protesta y el debilitamiento de la unidad latinoamericana», afirmó la organización en un comunicado.
Los movimientos populares «sienten este hecho como un espaldarazo a su lucha y reafirman su compromiso para desarrollar los procesos de cambio sociales y ambientales que reclaman los pobres y excluidos en todo el planeta», expresa.
El gesto del Papa se da «en visperas de la COP 21, donde los poderosos del mundo deben escuchar el clamor de la tierra y de los pobres, la voz de los de abajo y aprender de experiencias como las del reciclado popular o la agricultura familiar», plantea.
Sánchez, dirigente del Movimiento de Trabajadores Excluidos, contó que conoce a Francisco desde 2005, cuando Jorge Bergoglio «apoyó la lucha de los cartoneros de Buenos Aires, por una política pública contra el trabajo infantil en el sector del reciclado, y acompañó los procesos de organización de diversos emprendimientos de la economía popular».
La Federación está integrada por cooperativisas, asociaciones de cartoneros, artesanos, vendedores ambulantes, campesinos, de agricultura familiar, fábricas recuperadas y otros emprendimientos autogestivos, que se inscriben en la lucha por las 3T -tierra, techo y trabajo-.
Los cartoneros organizados y otras trabajadores de la economía popular fueron reuniéndose en la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular, una organización que se define «independiente de todos los partidos políticos, las iglesias y el Estado, donde confluyen distintas tendencias para que se reconozcan, valoren y dignifiquen todas las actividades laborales populares».