El papa Francisco declaró que los actos de los yihadistas del Estado Islámico (EI) son un «terrorismo de dimensiones antes inimaginables» y pidió una «adecuada actuación» de la comunidad internacional. «Asistimos a un fenómeno de terrorismo de dimensiones antes inimaginables (…) Parece que se ha perdido la conciencia del valor de la vida humana, que las personas no tienen valor y que pueden ser sacrificadas por otros intereses. Y todo esto, lamentablemente, ante la indiferencia de muchos», criticó el pontífice. El Papa abrió con esta declaración el consistorio en el que abordará con cardenales y patriarcas la situación en Oriente Medio y el papel que puede desempeñar la Iglesia católica para promover la paz. Según informó la Santa Sede en un comunicado, para Francisco las consecuencias de ese terrorismo del EI en Irak y Siria es que los cristianos son perseguidos «brutalmente» y «ante la indiferencia de muchos». Ante esta situación, «muy preocupante», el papa pidió una «respuesta adecuada» de la comunidad internacional, informó la agencia de noticias EFE. El Vaticano es uno de los principales objetivos del EI. Hace apenas cuatro días el grupo amenazó con invadirlo, quebrar cruces y esclavizar a las mujeres en la cuarta edición de la revista oficial del grupo, Dabiq, que advierte en su portada que «Alá concederá a los musulmanes la conquista de Roma» según la revista británica International Business Times. El pontífice declaró además que la Iglesia está unida en «el deseo de paz y de estabilidad en Medio Oriente» y en «la voluntad de favorecer a la resolución de conflictos mediante el diálogo, la reconciliación y el compromiso político». El Papa ya dio múltiples muestras de preocupación sobre la situación que atraviesa esta región oriental del Mediterráneo, donde los yihadistas del EI avanzan con el fin de establecer un «califato» a ambos lados de la frontera siria e iraquí bajo las órdenes de Abu Bakr al-Baghdadi. Esta situación ha hecho que numerosas personas hayan emprendido un éxodo con el fin de huir de la violencia, en particular cristianos que escapan de las conversiones forzosas y la persecución a los «herejes» de todo tipo. Según cifras de la ONU, al menos 9.347 civiles murieron, otros 17.386 resultaron heridos y 1,8 millones de personas fueron desplazadas entre junio y septiembre de este año por la persecución de EI. El Estado Islámico instauró un califato en regiones de Irak y Siria a finales de junio y sus planes son extenderse hacia Jordania, Israel, Palestina, Chipre, Líbano, Kuwait y Turquía. En un califato, la cabeza del estado (el califa) se erige como líder del pueblo y del Islam, y gobierna de acuerdo a la sharía (ley religiosa).
El papa Francisco condenó el «terrorismo de dimensiones inimaginables» del Estado Islámico
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