«Lamentablemente de Siria continúan llegando noticias de víctimas civiles de la guerra, en particular desde Alepo», afirmó el Pontífice al pronunciar el tradicional Ángelus dominical desde la ventana del palacio Apostólico del Vaticano, en referencia a la ciudad que se ha convertido en epicentro del conflicto de larga data en el país asiático. «Es inaceptable que tantas personas impotentes, también tantos niños, deban pagar el precio del conflicto, el precio del corazón cerrado y de la falta de voluntad de paz de los poderosos», lamentó Francisco. «Estamos cercanos con la oración y la solidaridad a los hermanos y hermanas sirios, y los encomendamos a la materna protección de la Virgen María», pidió ante unos 10.000 fieles que lo escucharon en Plaza San Pedro pese a los controles de seguridad reforzados en los alrededores. Esta semana se conoció la muerte de al menos diez civiles, entre ellos siete niños y una mujer, por bombardeos de aviones de guerra sobre un barrio de la ciudad de Alepo, en el noroeste de Siria, según informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que calificó el hecho de «masacre». Con miles de muertos civiles en los últimos años a causa del conflicto, Alepo está disputada entre las autoridades sirias, que controlan la mitad oeste de la ciudad, y los insurgentes, que se hicieron con la zona este después de una gran ofensiva en el verano de 2012.
El papa Francisco reiteró su solidaridad con las víctimas de la guerra en Siria
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