El plan antiterrorista de Hollande fuerza la salida de su ministra de Justicia La oposición de Taubira a estas medida quedó patente a mediados de diciembre, un día antes de que el Gobierno la presentara en el Consejo de ministros, y desde entonces su mantenimiento en el cargo había quedado en entredicho. El proyecto fue lanzado por el presidente Hollande tras los atentados yihadistas que el pasado 13 de noviembre mataron en París y en la periférica Saint Denis a 130 personas e hirieron a otras 350, pero Taubira no lo consideró eficaz en la lucha antiterrorista, y así lo expuso públicamente. «A veces resistir es quedarse y a veces resistir es partir», afirmó la hasta hoy ministra en su cuenta de Twitter, en su primera reacción a su renuncia, con el lirismo y la fuerza característica de su oratoria. Horas después, en una conferencia de prensa, admitió que se marchaba por un «desacuerdo político importante» y advirtió que pese «al peligro terrorista que amenaza (al país) es grave», no se le debe «conceder ninguna victoria, ni militar, ni diplomática, ni política, ni simbólica». Su dimisión, que coincide con la presentación de la revisión constitucional en la comisión de leyes de la Asamblea Nacional (Diputados), fue aceptada por la necesidad de que haya, según Hollande, una «coherencia colectiva» en la acción del Ejecutivo. Nacida en la Guayana en febrero de 1952, Taubira había destacado antes de su paso por el Elíseo por su candidatura presidencial en 2002 por el Partido Radical de Izquierda, con el que consiguió el 2,32% de los votos. De su mandato desde mayo de 2012 se recuerda especialmente su férrea defensa de la legalización del casamiento igualitario, aprobado en 2013, pero desde entonces le costó imponer sus ideas en el seno del Ejecutivo, y su política penal y judicial fue calificada de laxa por la oposición. «Su dimisión es una buena noticia para Francia, tras una acción pública absolutamente desastrosa. El laxismo inédito de su política penal, principalmente, degradó fuertemente nuestra situación de seguridad y debilitado la autoridad del Estado», aseguró hoy la líder ultraderechista Marine Le Pen. La derecha francesa se unió al alivio por su salida y también la centrista Unión de Demócratas Independientes (UDI), cuyo presidente, Jean-Cristophe Lagarde, destacó que su oposición al proyecto de ley del que ella debía estar al frente «humillaba al Gobierno». La violencia de las críticas lanzadas contra ella por la extrema derecha y por una parte de la derecha parlamentaria la erigieron en un icono de la izquierda. Los ecologistas, el grupo de disidentes socialistas y anteriores miembros del Ejecutivo que también se vieron obligados a salir por la criticada deriva liberal y conservadora del Gobierno, como los ex titular de Cultura Aurélie Filippetti o de Educación Benoit Hamon, alabaron su trayectoria. «Homenaje al talento inmenso, al trabajo y al compromiso» de Taubira, señaló Filippetti en Twitter, mientras que Hamon expresó el respeto «por sus convicciones» y la eurodiputada y ex candidata presidencial ecologista Eva Joly vio su salida como «un acto de valentía». Taubira, madre de cuatro hijos, y a quien era habitual verla llegar en bicicleta al trabajo, será reemplazada hoy por el diputado socialista Jean-Jacques Urvoas, que el año pasado preparó la polémica ley sobre el refuerzo de los servicios secretos y que presidía la comisión de leyes de la Asamblea Nacional. La dimisión de Taubira sigue a la de otros ministros que osaron criticar la línea del Ejecutivo, como Hamon, Filippetti y de quienes dirigieron Economía, Arnaud Montebourg, y Ecología, Delphine Batho, y acaba con la paridad en su seno. Una paridad que Hollande podría recuperar si, como avanzan diversos medios, procede a una más amplia remodelación de su Gobierno a mediados de febrero próximo, cuando está prevista, entre otras, la salida del canciller, Laurent Fabius, anunciado como presidente del Consejo Constitucional.
El plan antiterrorista de Hollande fuerza la salida de su ministra de Justicia
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