Un Barrio en Peligro: El Origen del Conflicto

En el verano de 1990, el Ayuntamiento de Madrid notificó a los residentes de Cerro Belmonte su inminente expropiación. Este pequeño barrio, habitado en su mayoría por antiguos migrantes que habían construido sus propias viviendas, enfrentó una oferta de indemnización desmedida ante el valor real del terreno. Con un sentido de desesperación y la memoria de luchas anteriores en otros barrios, estos vecinos optaron por un enfoque creativo para resistir.

Un Grito de Ayuda a la Isla de la Libertad

Frustrados por los métodos tradicionales que no habían dado resultado, los vecinos decidieron abordar la Embajada de Cuba en busca de asilo, inspirados por una crisis diplomática que acaparaba los titulares. En julio de 1990, llevaron una carta solicitando protección, sorprendiendo a muchos con su audaz estrategia.

La Respuesta de Fidel Castro

Lo inesperado llegó pronto: durante un discurso televisado, Fidel Castro se refirió a la solicitud de los vecinos, contrastando su decencia con la situación de otros que pedían asilo. Aunque Cuba no podía otorgarles asilo, Castro los invitó a visitar la isla y los animó a seguir luchando por sus derechos.

Un Viaje a La Habana: Más Que Turismo

Tras el discurso de Castro, un grupo seleccionado de vecinos hizo el viaje a Cuba, donde fueron recibidos por el líder cubano. Durante su estadía, Castro mostró un interés genuino en sus historias, propiciando una conexión significativa que les permitió visibilizar su causa.

De la Lucha por Derechos a la Declaración de Independencia

De regreso a Madrid, los habitantes de Cerro Belmonte llevaron su estrategia un paso más allá. Anunciaron un referéndum para declarar su independencia como «Reino de Cerro Belmonte». Con una abrumadora mayoría a favor, el 5 de septiembre de 1990, se proclamaron un nuevo estado, con una «Constitución» redactada por ellos mismos, donde prometieron reunirse con España bajo condiciones justas.

Creación de un Reino: Moneda y Símbolos

Además de una bandera y un himno que causaron revuelo, establecieron una moneda propia. La revolución simbólica de sus acciones conectó con la sociedad, pero no logró la atención legislativa que tanto deseaban. Aun así, mantuvieron viva su causa con creatividad y humor, buscando siempre el eco mediático que pusiera presión a las autoridades.

Una Larga Batalla y el Retorno a la Realidad

Distintas tácticas de protesta culminaron en una huelga de hambre, que atrajo la atención del Ayuntamiento. Finalmente, la presión fue tal que se retiraron los planes de expropiación, permitiendo a los vecinos negociar el futuro de sus propiedades. Aunque el Reino de Cerro Belmonte fue efímero, su legado persiste en la narrativa de lucha y resistencia comunitaria.

Un Legado de Lucha Comunitaria

A día de hoy, algunos vestigios de Cerro Belmonte permanecen en pie, recordando la lucha de aquellos vecinos que, en un acto de desesperación y valentía, se atrevieron a soñar con un reino propio. Su historia sigue siendo un símbolo de resistencia y una lección sobre la fuerza de una comunidad unida.