Un Robo que Conmovió al País

En una inquietante noche, el coronel Carlos Eugenio Moori Koenig lideró un grupo armado para apropiarse del cuerpo embalsamado de Eva Perón, estacionando la urna en una camioneta sin un rumbo claro. Lo que siguió fue un torbellino de emociones, homenajes clandestinos y un viaje siniestro, repleto de decisiones fatídicas.

El Calvario de un Cadáver

Este episodio se prolongó durante años, convirtiéndose en un verdadero calvario. La recuperación de los restos de Eva, tras haber cruzado el océano, se llevó a cabo el 22 de noviembre, un día señalado como el “día de intercambio de cuerpos”, cuando se pactó devolver el cuerpo del general Pedro Eugenio Aramburu a cambio del de la emblemática figura del peronismo.

Desperonización y el Poder Militar

La desperonización tras el golpe de 1955 marcó un hito en la historia argentina. El nuevo régimen, encabezado por Aramburu, implementó tácticas brutales para erradicar el legado de Perón, prohibiendo su partido y encarcelando a sus colaboradores más cercanos. Esta acción culminó en la clausura de la Fundación Eva Perón y el desmantelamiento de símbolos del peronismo en todo el país.

Un Destino Oscuro para el Cuerpo de Evita

Luego del robo, el cuerpo de Eva fue trasladado a la oficina de Moori Koenig, donde se convirtió en una macabra curiosidad. La situación se tornó aún más sombría cuando el gobierno decidió ocultar su ubicación y darle “cristiana sepultura” en un lugar inaccesible, priorizando el silencio sobre el reconocimiento.

El Delegado del Olvido: El Operativo Traslado

El coronel Héctor Cabanillas organizó lo que se conoció como el operativo traslado. Bajo una identidad falsa, el cuerpo de Eva fue enterrado en el cementerio de Musocco, en Italia, donde permaneció 14 años en el anonimato, con cicatrices que revelaban el maltrato sufrido durante su cautiverio.

El Retorno de una Leyenda

Finalmente, en 1971, se ejecutó el operativo retorno, y los restos de Eva regresaron a España para reunirse con Perón en su exilio. Fue solo en 1974, tras la muerte de Perón, que su esposa, Isabel Perón, decidió repatriar el cuerpo a Argentina, cerrando un círculo de sufrimiento y anhelos que abarcó casi tres décadas.

Legado y Controversia

El 17 de noviembre de 1974, se llevó a cabo el “intercambio de cuerpos”, que dejó en la mente colectiva la imagen de un país dividido, con el cuerpo de Aramburu en una camioneta mientras el de Eva regresaba a su hogar final. Esta historia de poder, venganza y manipulación sigue resonando en el contexto argentino, recordándonos los profundos lazos entre historia y mitología.