HAMBURGO.- El Tribunal Internacional del Mar (ITLOS) con sede en Hamburgo comenzó ayer a tratar la demanda de Holanda para que Rusia libere un barco de Greenpeace y a 30 activistas detenidos desde el 19 septiembre, entre ellos dos argentinos y una brasileña.
Rusia no participó en la primera audiencia queriendo boicotear el proceso ya que desconoce la autoridad de los jueces de este tribunal que se espera que se pronuncie dentro de dos semanas.
El ITLOS se pronunciará el próximo 22 de noviembre sobre la demanda de Holanda contra la detención por parte de Rusia de los activistas de Greenpeace que viajaban en el rompehielos «Arctic Sunrise». El barco quedó en poder de Rusia junto con 30 activistas de Greenpeace, entre ellos los argentinos Camila Speziale y Hernán Pérez Orsi y la brasileña Ana Paula Maciel.
Los 30 se encuentran en prisión preventiva a la espera de un juicio, probablemente por cargos de vandalismo después de que las autoridades rusas descartaran los de piratería. La pena máxima por estos cargos podría ser de siete años.
El Tribunal Internacional, fundado en 1994 como órgano de la Convención de la ONU sobre los Derechos del Mar, está integrado por 21 jueces de los cinco continentes, que se reúnen en Hamburgo puntualmente para abordar este tipo de demandas.
Días atrás, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, aclaró que no cree que los activistas sean piratas, pero aún así enfrenta fuertes críticas en Occidente por lo que se considera un tratamiento extremadamente duro del caso.
Situación que empeora
«La disputa está empeorando», dijo la representante del Gobierno holandés Liesbeth Lijnzaad. Los estados no tienen derecho a incautar embarcaciones que pertenecen a terceros países en sus zonas exclusivas de comercio marítimo, agregó la representante holandesa.
Otro representante del Gobierno de Holanda, Rene Lefeber, dijo al tribunal que las zonas económicas exclusivas como la que estaba navegando la embarcación de Greenpeace al ser capturada le daban a las naciones derechos para proteger sus recursos naturales, pero no la potestad de abordar y arrestar barcos como sí pueden hacerlo en aguas territoriales.
Dado que la detención de la embarcación por parte de Rusia es ilegal, las acciones posteriores -incluido el arresto de la tripulación- también lo son, dijo Lefeber.
La corte de Hamburgo fue establecida por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1992, de la cual tanto Holanda como Rusia son firmantes, para resolver disputas marítimas. Sus decisiones son vinculantes aunque no de cumplimiento obligatorio.
«Estamos muy agradecidos al Gobierno holandés por tomar este caso y llevarlo al tribunal para su consideración», precisó el consejero general de Greenpeace Jasper Teulings. El grupo ambientalista internacional tiene su sede en Amsterdam.
Agencias DPA, AP y EFE