El uso de aire en la endoscopía es clave para saber cómo murió Débora Pérez Volpin
El informe preliminar que dio la Morgue Judicial sobre la muerte de la legisladora porteña y periodista Débora Pérez Volpin indicó que sufrió una falla cardíaca. Que se debió a un barotrauma, que se genera por una diferencia de presión interna, y que, a su vez, ese problema surgió por un neumomediastino y neumoperitoneo: el ingreso de aire en el medio del tórax y en la cavidad peritoneal. Todo, indicaron, se relaciona con la endoscopía que le estaban practicando en el Sanatorio de la Trinidad de Palermo cuando murió. Clarín consultó a especialistas para conocer para qué se usa el aire en una endoscopía, cómo se regula y cómo debe actuarse ante una complicación por exceso de aire. Una endoscopia es una exploración visual de las cavidades internas del cuerpo. Se hace con un esdoscopio: un instrumento que tiene un tamaño más chico que un dedo meñique. En el extremo tiene una luz y una cámara, y una sonda larga, como un cable, que sirve para introducirlo en el cuerpo. El endoscopio cuenta también con un orificio por donde, si es necesario, se puede tirar aire. Sirve cuando los órganos o cavidades que se tienen que explorar no están distendidos, para que el médico pueda visualizarlos mejor. Lo que capta el endoscopio, se ve por una pantalla . Los especialistas explican que en una endoscopía digestiva alta, como la que le practicaron a Débora Pérez Volpin, a veces hace falta aire y otras, no. Depende del paciente, pero la necesidad de aire no indica ninguna dificultad o complicación, es algo de rutina y cotidiano. El aire se regula con una perilla y suele ser útil, por ejemplo, para visualizar el estómago. Los especialistas no hablan de una cantidad específica que se introduce porque, aclaran, es mínima y se da durante poco tiempo. Una endoscopía, desde que el endoscopio ingresa por la boca hasta que sale, puede durar uno o dos minutos. No mucho más, aunque siempre depende del caso. Para chequear que no sólo el aire, sino el estudio en general, no afecten la salud del paciente, lo monitorean. Suelen sedarlo, pero no con anestesia general. Le dan una droga que le permite estar como dormido, sin sentir dolor, pero manteniendo la frecuencia cardíaca y respiratoria. A través de la sangre miden la saturación de oxígeno. La saturación de oxígeno en sangre normal ronda entre el 97 % y 99 %. Si durante una endoscopía ese valor desciende abajo del 90 %, el aparato que tiene que monitorear el anestesista empieza a dar un alerta. En general, una chicharra que suena. Eso le indica a los médicos que al paciente le falta oxígeno y que deben hacer algo. ¿Por qué le puede faltar oxígeno al paciente durante el procedimiento, como ocurrió con Débora Pérez Volpin? Una de las posibilidades es el ingreso de aire al mediastino, que es la parte media de la caja torácica, y dentro del peritoneo, la membrana que cubre el interior del abdomen. Eso puede suceder, explican, porque hay alguna rotura en la cavidad en digestiva donde se está insuflando aire con el endoscopio. Ese aire que ingresa en la caja torácica puede comprimir los pulmones y generar dificultades para que el paciente respire por sus propios medios. Si eso pasa y no se revierte, baja el oxígeno en sangre. Para intentar compensarlo, el corazón bombea más rápido. Si esa situación se prolonga, esa exigencia puede terminar en un paro. Pero los especialistas explican que la desaturación de oxígeno puede revertirse rápidamente y que ante una intervención efectiva el paciente no tiene ninguna consecuencia, que puede recuperarse completamente. Indican que ante una desaturación de oxígeno en una endoscopía digestiva alta, una solución posible es intubar al paciente. Es decir, introducir un tubo por la boca y la tráquea para mandar aire a los pulmones. El aire debe mandarse con más presión que la que está circulando por el tórax, para que los pulmones se descompriman, se inflen y el paciente recupere la frecuencia respiratoria. Si una entubación no es posible