Hace un tiempo era hasta motivo de burla o chiste decir que algo de mala calidad era un «made in China». Se usaba la procedencia de un producto para denotarle más o menos calidad que otro producto igual o similar pero que venía de Europa o América del Norte. ¿La razón? La misma por la que decir que esta carne es argentina no es lo mismo que decir que es brasileña: los productos, además de una marca clásica del productor, también tienen una marca-país. La marca-país es el valor que obtiene un producto sólo por ser producido en un país y no en otro. Es un signo de reputación, imagen, calidad y se suele asociar desde el turismo hasta productos estrella nacionales. Uno de los pioneros en la elucidación del término es un argentino, Roberto Occhipinti. Fuente: Mercado
El valor del «made in»
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