El Papa Francisco no ha eludido en México hablar de asuntos tan espinosos como la corrupción, el narcotráfico, la violencia, o la indiferencia ante el sufrimiento y la precariedad.
Según publica “El Día” de España, uno de los supervivientes de este trágico suceso, aún no totalmente esclarecido para las familias de los jóvenes, lamentaba este martes que el Pontífice no haya respondido a la petición de los padres de los desaparecidos de reunirse con él.
Omar se muestra decepcionado ante las expectativas que levantó la visita del Papa a México y las palabras del Pontífice sobre que «no venía a tapar los problemas del país». Al respecto, ha reconocido que en sus intervenciones, Francisco ha criticado a la clase política «e incluso a los clérigos», «ha hablado de narcotráfico y de los temas de los que dijo que iba a hablar, y está bien». «El problema es que se lo dice a quienes ese tipo de críticas les resbalan».
En este sentido considera que «a este pueblo mexicano que está acostumbrado a las telenovelas, y a los circos mediáticos, no le bastan metáforas bíblicas. Aquí hay que decir las cosas a calzón quitado para que se asuma lo que en realidad está pasando».
Y es por ello que esperaban que el Papa Francisco se reuniera con los padres de los normalistas de Ayotzinapa para que cuando abandone el país «podamos tener la legitimidad de seguir luchando y decir que nuestra demanda es justa», subraya Omar, quien destaca que están buscando a 43 estudiantes detrás de los cuales «hay miles de desaparecidos en este país, donde hay miles de asesinados: migrantes, mujeres, periodistas, sacerdotes incluso», apostilla.
«Nos urge legitimarnos porque padecemos una campaña de desprestigio por parte de aquellos que hoy hacen un gran show para recibir al Papa. No nos basta con que Enrique Peña Nieto comulgue y se haga el santo», señala el joven, quien insiste en que lo que necesitan es que se resuelva «con hechos» el problema de la desaparición forzada en México y señala que pensaban que «la figura de un Papa que se ha mostrado progresista en todo este tiempo desde que asumió ese liderazgo podría equilibrar la balanza de este movimiento».
MINUTO DE SILENCIO.
Los 43 desaparecidos de Ayotzinapa sí han estado presentes en cambio en los actos organizados con motivo de la visita del Papa a México. Este mismo martes, en Morelia, en el estado de Michoacán, unas 20.000 personas guardaron un minuto de silencio y contaron hasta el número 43 en honor a los jóvenes estudiantes desaparecidos en septiembre de 2014, en presencia de sacerdotes, religiosos y seminaristas que también participaron del acto.
Sí es cierto que los organizadores de la visita de Francisco han reservado tres asientos en primera fila para las familias de los jóvenes desaparecidos, en la misa que el Papa ofrecerá en Ciudad Juárez (estado de Chihuahua) para recordar a los normalistas, pero la invitación ha sido rechazada por los padres.
No obstante sigue la expectativa de un posible encuentro calificado por el portavoz del Vaticano Federico Lombardi como una medida de presión contra Francisco.
«El papa habla con todos con gran compresión y cercanía, con todos los que sufren violencia. Él tiene en su corazón a cada uno de ellos, es consciente de la tragedia de los 43 y de muchas tragedias de otras personas que sufren», señaló Lombardi.
PRESIONES A LOS FAMILIARES.
Mientras tanto, familiares de Julio César Mondragón, el normalista de Ayotzinapa que fue hallado sin rostro en septiembre de 2014, y su viuda Marissa Mendoza han denunciado que la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) les presiona para aceptar dinero como cumplimiento del derecho de reparación del daño por el asesinato del joven.
La joven viuda relató que Julio Hernández, delegado de la Comisión Ejecutiva para el Caso Iguala, la presionó para que recibiera dinero y, con ello, poder entregarle el cuerpo de Julio César, según la revista mexicana Proceso.
Ocurrió durante el primer encuentro de familiares de las víctimas de los estudiantes desaparecidos en Iguala, con miembros de la Comisión Especial de diputados federales que dan seguimiento al caso.
Según los familiares, en diciembre pasado exigieron a las autoridades que les entregaran el cuerpo de la víctima para darle sepultura, y fue cuando un funcionario comenzó a presionar a la viuda del joven para que aceptara dinero por la reparación del daño y con ello, desistiera de la conclusión de las pruebas genéticas.
Pero los familiares han anunciado que no aceptarán el dinero que les ofrecen las autoridades si antes no se hace justicia. Quieren saber quién ordenó la muerte de Julio César Mondragón y por qué lo torturaron.
La abogada Sayuri Herrera denunció que el expediente del joven está repartido en seis juzgados, además de que existen cuatro averiguaciones previas abiertas y que todos los presuntos involucrados en el asesinato están distribuidos en cuatro penales federales del Estado de México, Nayarit, Veracruz y Guerrero.
Según la defensora, la fragmentación de las investigaciones y la ubicación de los presuntos involucrados hace más difícil llegar a la verdad. Por ello, en nombre de los familiares de la víctima, reclamó a los diputados integrantes de la Comisión Especial, que les ayuden a resolver el caso.
«Sabemos de la existencia de esta comisión especial, pero todo lo que hemos logrado –la prueba de ADN, las notificaciones en cada juzgado y en cada centro penitenciario–, ha sido por nosotros. La comisión legislativa no ha hecho nada. Ya pónganse a trabajar», demandó Marissa Mendoza, según recoge Proceso.