«En salud lo más difícil es formar recursos humanos», afirmó el director del Clínicas

«Si bien el eje de la medicina son los pacientes, la misión principal de este hospital universitario es formar recursos humanos en salud, por eso sus tres pilares son la asistencia, la docencia y la investigación», aseguró el director del hospital, Héctor Damonte, durante una entrevista con Télam, tras precisar que el deterioro y las falencias tienen que ver con que el centro de salud «no fue ajeno a las crisis de la Argentina; el Estado ha sido errático en su apoyo y vivimos situaciones de gran abandono». «A pesar del deterioro que uno ve al entrar y de las dificultades económicas y de todo tipo, se resuelven cosas y se atienden pacientes con patologías complejas y graves», aseguró el cirujano cardiovascular y director desde hace dos años. El Hospital de Clínicas José de San Martín, dependiente de la Universidad de Buenos Aires y ubicado en la zona de facultades en el barrio porteño de Recoleta, es un centro de atención pública en general y de derivaciones de otros nosocomios dando respuestas a todas las especialidades. Una recorrida por los extensos 130.000 metros cuadrados que abarca, por donde circulan diariamente unas 10.000 personas, entre pacientes, profesionales y personal administrativo y de mantenimiento, revela por un lado una fuerte presencia en las salas de espera que confirma la confianza en la institución y la vigencia de esa magia histórica, y por otro lado, muestra las falencias producto de la triste historia de abandonos del sistema de salud. En este sentido, Damonte precisó que «el hospital necesita ser redefinido a nivel de las instituciones como algo prioritario, es decir los hospitales universitarios existen en todo el mundo y son deficitarios si uno los analiza como una unidad de negocios porque no da dinero, pero a largo plazo sí da réditos, ya que cuando uno tiene buenos médicos se achican los costos porque ese profesional no pide estudios ni genera gastos de más mientras que el mal formado pide tres tomografías, cinco resonancias y genera un gasto enorme». «A esto se suma -añadió- todo el tema legal, y como los médicos somos acechados por los abogados, se crea una medicina defensiva que hace que muchas veces los pacientes se vayan con una lista de estudios y una bolsa de medicamentos innecesarios porque se están medicalizando hechos naturales de la vida; y esto con una buena educación se soluciona». Es decir que la educación, la buena formación, es uno de los puntos nodales del sistema de salud, y ahí el Hospital de Clínicas se ubica en el centro de la escena, pero a la vez, corre con la desventaja tecnológica en relación con algunos centros de salud privados. A pesar de las necesidades imperiosas del hospital en este sentido, Damonte precisó que «quizá no es la alta complejidad tecnológica sino la alta complejidad humana lo más difícil de lograr; en salud lo más difícil es formar recursos humanos; crear una escuela médica de relevancia lleva 100 años, no se hace de un día para el otro, y ésta es un poco la historia del hospital». «Tenemos profesores de la Facultad de Medicina que tienen 250 trabajos publicados con referato internacional, y no hay ninguna institución médica que pueda estar cerca en este nivel en cuanto a docencia e investigación», subrayó. El director del Clínicas aseguró que la gran mayoría de los médicos que se reciben de la Universidad de Buenos Aires (UBA) «salen del Clínicas y eso después vuelve a la sociedad», pero se lamentó de que en muchos países se está resintiendo la formación médica y la educación «y desgraciadamente en la Argentina empieza a suceder, y cuando la educación se resiente todo se resiente». Ante la pregunta acerca de cuáles son las necesidades que tiene hoy el centro de salud, Damonte precisó que «el equipamiento es uno de los temas más críticos y un punto neurálgico y clave es el departamento de imágenes: necesitarnos renovar el tomógrafo y quizá un segundo tomógrafo y otros equipos en general». En este marco, enfatizó que «el déficit en salud en la Argentina