Nueve años después de la finalización de la Copa América 2007, en la que Brasil se coronó campeón, un escándalo de corrupción se desató gracias a las confesiones de quien por aquel entonces era alcalde de Maracaibo.
En diálogo con el periódico venezolano El Panorama, Giancarlo di Martino brindó detalles de cómo él sobornó a dirigentes de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) y de FIFA para que su ciudad lograra ser sede de la final del certamen continental.
El ex alcalde de Maracaibo contó que el arreglo se concretó en una reunión que mantuvieron junto a Nicolás Leoz y Eugenio Figueredo, presidente y vicepresidente de Conmebol, respectivamente, Rafael Esquivel, presidente de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF), y algunos de los titulares de las Federaciones de fútbol de Sudamérica, entre los cuales se destacaba Julio Humberto Grondona, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y vicepresidente de FIFA.
«Fue una cena muy rápida porque yo fui al grano: ‘Yo quiero la final’. Ellos primero empezaron con planteamientos formales y después fueron al económico», contó Di Martino.
Finalmente se acordó el pago de 1 millón de dólares, a repartir entre los dirigentes allí presentes, pero «El acuerdo se cierra completamente con la presencia de (Joseph) Blatter», según explicó el propio Di Martino, actual cónsul de Venezuela en Italia.
El precio del soborno se forjó con una corta conversación:
– Queremos un millón de dólares.
– Déjenme buscarlos, denme dos días.
– No. Tienes 24 horas. Si no, se la damos a otro.
«Hubo un minuto de silencio, como diciendo: ¿Y si hubiésemos pedido dos (millones de dólares)?».
El dinero salió directamente de empresarios cercanos al propio Di Martino: «Yo conseguí el dinero con varios empresarios. Porque una institución pública como la alcaldía (de Maracaibo) no maneja dólares pero sí los tenían muchísimos amigos que aportaron».
Si bien el ex alcalde nunca supo como se repartieron el dinero, siempre tuvo claro quién mandaba en esas reuniones: «El que llevaba la batuta era nuestro amigo de Uruguay (Figueredo)».
72 horas después de aquella reunión, Maracaibo fue anunciada sede y luego de algunas críticas surgidas de dirigentes de otras ciudades que también pretendían albergar la final, fue Hugo Chávez quien acalló las voces, dando su total apoyo: «Si ustedes dicen que es Maracaibo y Rafael Esquivel me recomienda esa ciudad, entonces que así sea».
Además, Di Martino, quien en 2008 terminó su mandato de alcalde, contó cómo hicieron los dirigentes para cobrar el soborno: «Salían avionetas con bolsas de dinero después de los partidos que se dieron en Maracaibo». Sin embargo, nunca pudo conocer el destino de esas aeronaves: «No sé si llegaban a Caracas y eran depositados en un banco en especial».
Actualmente, todos los dirigentes que intervinieron en esa reunión se encuentras detenidos y están siendo investigados por el caso mediáticamente conocido como «Escándalo FIFA». Los únicos dos involucrados que no se encuentran apresados son Joseph Blatter, quien fue suspendido por la FIFA en 2015, y Julio Humberto Grondona, fallecido en 2014.