«Lo más triste de todo esto es que ya no podemos hacer nada, solamente llorar», dijo esta mañana a la prensa Juan Carlos Miranda, padre de Juan Manuel, el hombre asesinado por los delincuentes. En tanto, la madre de la víctima, expresó su dolor y agregó que cuando encontró a su hijo tirado en medio de un charco de sangre le pidió que no se muriera, le puso una almohada debajo de la cabeza y lo tapó, «pero ya era tarde». El hecho ocurrió hoy a las 3.30 en una casa ubicada en La Crujía al 6000, a metros de la calle Presidente Mont, en el barrio Villa Libertad, de Billinghurst, donde vive la familia Miranda. Según los investigadores, todo comenzó cuando tres jóvenes armados saltaron un enrejado, accedieron a un patio exterior de la casa donde se hallaba estacionado un auto Chevrolet Corsa y forzaron la reja de una ventana, con intención de ingresar a robar a la vivienda. Juan Manuel se encontraba durmiendo en uno de los dormitorios que da al frente de la casa, mientras que sus padres se hallaban descansando en otra habitación. Los ruidos que realizaron los delincuentes despertó al docente, quien se dirigió al living a ver qué ocurría, y allí se encontró con que los asaltantes estaban queriendo ingresar, por lo que intentó evitarlo. Aparentemente, al verlo, los ladrones comenzaron a disparar y asesinaron a Juan Manuel, quien cayó sobre una mesa en el interior de su casa. Los peritajes determinaron que la víctima recibió dos impactos de bala que le provocaron la muerte en el acto, delante de sus padres que también se despertaron a causa de los ruidos y se dirigieron al living. En tanto, los asaltantes huyeron sin robar y los investigadores creen que se trata de tres jóvenes de una villa cercana al lugar del hecho. «Lo mataron hoy a las tres de la madrugada adentro de mi casa. Fueron tres delincuentes que forzaron la ventana, rompieron una reja y le pegaron tres tiros y lo mataron», dijo esta mañana a la prensa el padre del profesor. El hombre explicó que su hijo dormía «en una habitación adelante, y cuando sintió ruidos, salió a ver qué pasaba. Por la ventana, como no pudieron entrar, los delincuentes le tiraron y lo mataron». «Cuando llegué yo, tres o cuatro segundos después, ya estaba tirado y se murió», dijo el hombre, quien agregó que a su hijo «los asesinaron a quemarropas». «Pienso que él no quiso que los delincuentes entraran (a robar). El estaba de este lado de la habitación y ellos le dispararon desde afuera», aseguró. El hombre explicó que los delincuentes «ya habían roto con una barreta la reja de contención de la ventana» y que tanto él como su esposa estaban durmiendo y no escucharon los ruidos hasta que los despertó el grito de su hijo. «Lo más triste de todo esto es que no podemos hacer nada, solamente llorar. Esto no puede quedar en el silencio. Pensaba que el dolor no me iba a llegar nunca. No lo puedo entender», dijo el hombre. A su lado, su esposa agregó: «Por más que detengan a los criminales, a mi hijo ya no me lo devuelven con vida» y añadió que, cuando los delincuentes dispararon, ella se despertó y salió corriendo para ver lo que ocurría y se encontró con su hijo tirado sobre una mesa de vidrio. «Estaba tirado y lleno de sangre. Enseguida lo tiramos al piso, le puse una almohada debajo de la cabeza y lo tapé, pero ya estaba muerto», explicó la mujer. La Policía, bajo las órdenes de la fiscal de turno del Departamento Judicial de San Martín, Noemí Carreira, trabajaba en el lugar esta mañana en busca de testigos que pudieran haber visto a los delincuentes cuando escapaban del lugar. Además, revisaban la zona ante la posibilidad de que existan cámaras de seguridad que hayan captado el momento del ataque. En base al relato de un testigo que los vio alejarse corriendo del lugar, los investigadores establecieron que los delincuentes eran jóvenes y que viven en una villa de emergencia cercana al lugar del hecho.
Entran a una casa en San Martín y asesinan a un profesor de artes plásticas
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