La economía argentina enfrenta un momento crítico caracterizado por la confusión y la falta de decisiones claras. Mattos destaca que la reciente volatilidad del mercado cambiario proviene de la ausencia de previsibilidad en las políticas gubernamentales.

Crisis Cambiaria: Demandas Sin Respuestas

Según el economista, la incertidumbre está exacerbada por la información contradictoria sobre los acuerdos cambiarios con China y la disponibilidad de reservas. “La cifra varía entre 20.000 y 4.000 millones de dólares”, señala, lo que contribuye a la tensión en el mercado. A esto se suma un notable aumento en la demanda de dólares: se estima que dos millones de personas adquirieron esta moneda en noviembre, un récord desde 2015.

Además, la combinación de turismo, pagos con tarjeta y transferencias al exterior sigue presionando el mercado cambiario. Las transferencias al exterior, que anteriormente rondaban los 800 millones de dólares mensuales, podrían aumentar en los próximos meses.

Bonos y Riesgo País: Una Visión Completa

En cuanto al aumento del riesgo país y el contado con liquidación, Mattos indica que es crucial evaluar el panorama en su totalidad. “Hay una oferta que no logra equilibrarse, generando incertidumbre”, advierte. Los bonos experimentan oscilaciones significativas, lo que refleja la volátil naturaleza del mercado.

Mattos estima un valor del dólar en torno a los $1.500, marcando una devaluación notable desde los $1.170 en abril. Menciona la fragilidad del mercado de capitales argentino, el cual es pequeño y no puede absorber golpes externos debido a su estructura, dominada por el sector bancario, energético y agroindustrial.

La incertidumbre sobre las reservas y el primer repo también son temas de preocupación. “No está claro qué sucederá con el empeño del oro”, añade, lo que repercute en la confianza del mercado.

Perspectivas Futuras: Entre Desafíos y Oportunidades

A pesar del escenario adverso, existe una luz de esperanza: la próxima cosecha de trigo está proyectada para ser récord, aportando aproximadamente 2.500 millones de dólares en tres meses, algo que podría ofrecer un respiro a las finanzas del Gobierno. Sin embargo, el verdadero dilema radica en la condición social del país: salarios bajos, alta informalidad y un consumo en declive. “La urgencia de liquidez es palpable para el Gobierno en este momento”, concluye Mattos.