Escapatoria Impactante: Prisión de Milán Sacudida por Huida de Recluso Notorio
Con una audaz fuga que ha dejado a las autoridades italianas en alerta, un recluso con un historial de escapatorias ha vuelto a desafiar al sistema penitenciario del país.
El pasado fin de semana, Taulant Toma, un hombre de 41 años originario de Albania y condenado por robo, logró escapar de la prisión de máxima seguridad de Opera en Milán. En su cuarto intento exitoso de evadir la justicia, utilizó un ingenioso método: taló las rejas de su celda y descendió con sábanas anudadas, aprovechando la oscuridad de la noche y un cambio de turno entre los oficiales de prisión.
Toma cumple una extensa condena que se extiende hasta octubre de 2048. Según informes de las autoridades, el delincuente escaló una muralla de seis metros antes de desvanecerse, lo que generó el inicio de una rápida cacería nacional por parte de la policía italiana, que implementa patrullas y controles fronterizos.
Un Pasado Repleto de Escapatorias
El primer intento de fuga de Toma se remontó a 2009 en la prisión de Terni. Sin embargo, su escape más notable se produjo en febrero de 2013, junto a su compañero de celda Vamentin Frokaj, desde la ala de máxima seguridad de la prisión de Parma.
Frokaj, que cumplía una condena a cadena perpetua, falleció en 2015 tras cometer un robo en el que fue abatido. Tras una intensa búsqueda de 40 días, Toma fue detenido en Bélgica, aunque logró escapar nuevamente poco tiempo después de ser arrestado.
Los investigadores están analizando las grabaciones de CCTV de la prisión de Opera para determinar si recibió algún tipo de apoyo externo durante su fuga.
Problemas Sistémicos en el Sistema Penal Italiano
Este incidente pone de relieve las fallas críticas dentro del sistema penitenciario de Italia, donde el hacinamiento y la escasez de personal hacen cada vez más difícil mantener la seguridad. Según la Asociación Antígona, las prisiones italianas funcionaban en un 133% de su capacidad en 2025, albergando más de 62,000 internos en instalaciones diseñadas para aproximadamente 51,000.
Con menos de 46,000 oficiales de prisión y una carencia estimada de 20,000, la carga de trabajo del personal penitenciario resulta abrumadora. En el caso de la prisión de Opera, había 1,338 reclusos en un espacio para 918, lo que representa un hacinamiento del 153%, supervisados por solo 533 oficiales, cuando al menos se requerirían 811, según Gennarino De Fazio, secretario general del sindicato de policías penitenciarios UILPA.
De Fazio expresó: «Este nuevo evento, sumado al drama que se vive a diario en las prisiones, evidencia el fracaso de las políticas carcelarias implementadas por los gobiernos en los últimos 25 años.» Además, agregó que la situación «viola los derechos humanos fundamentales de los internos» y pone a prueba a los operadores del cuerpo de la policía penitenciaria.
