Volkswagen deberá además presentar cuanto antes los plazos pertinentes para la solución de los vehículos no incluidos en esta llamada obligatoria, unos 400.000 con un motor diésel de 1,6 litros. La automotriz había propuesto a la KBA aplicar cambios en el software a los vehículos con las versiones de 1,2 y 2,0 litros del motor diésel EA-189 a lo largo de 2016; mientras que para la versión de 1,6 litros era preciso la sustitución de alguno de los componentes del motor, solución que según Volkswagen no estaría disponible hasta finales del año que viene. El nuevo consejero delegado de Volkswagen, Matthias Müller, aseguró en una entrevista la semana pasada que su objetivo era empezar el próximo enero con las revisiones de los coches y ejecutar las reparaciones a lo largo de 2016. Müller señaló que previsiblemente el número de vehículos afectados está por debajo de los once millones -la cifra facilitada hasta ahora por la empresa- aunque admitió que de todos modos «siguen siendo muchos». Volkswagen reconoció en septiembre, tras una denuncia de las autoridades medioambientales de Estados Unidos, que había instalado en modelos de varias de sus marcas un software que rebajaba el nivel de emisiones sólo cuando el vehículo estaba siendo testado, pero que en condiciones normales emitía por encima de lo permitido. Tras destaparse el escándalo, que costó el puesto entre otros al entonces presidente del grupo, Martin Winterkorn, las autoridades alemanas exigieron a Volkswagen un plan para revertir en su país la manipulación, que afectaba, según el fabricante, a 2,8 millones de vehículos.
Exigen a Volkswagen que repare 2,4 millones de vehículos
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