Un proyecto de ordenanza busca que la capital tucumana se sume a una iniciativa que ya está en marcha en Yerba Buena: que desaparezcan de una buena vez por todas las bolsas plásticas de un solo uso, esas que entregan la enorme mayoría de los comercios (grandes y chicos) y que demoran hasta 200 años en degradarse. El proyecto se encuentra en la comisión de Peticiones y Poderes del legislativo capitalino y, según las especulaciones de los concejales vinculados a la normativa, tendrá el visto bueno de sus pares y podría aprobarse antes del 5 de junio, Día Internacional del Medioambiente. Los impulsores del proyecto son Ricardo Bussi (FR) y Roberto Ávila (PRO). El primero ya había presentado proyectos en este sentido durante sus dos gestiones como legislador, pero ninguno llegó siquiera a tener estado parlamentario. En su desembarco en el Concejo capitalino se dio con que Ávila también había presentado un proyecto para eliminar las bolsas de polietileno, por lo que acordaron unificar los proyectos. “Creemos que ahora sí hay voluntad para promover esta ordenanza, porque hay una consciencia diferente del medioambiente . Tucumán es un desastre en materia ecológica y lo de las bolsas plásticas contribuye de manera sustancial a ese desastre. Basta con mirar lo que sucede en las márgenes del río Salí para darnos cuenta”, señaló Bussi. Según la propuesta, los hiper, super y minimercados tendrán un año para reemplazar las bolsas y empaques de polietileno por otros de papel o de materiales biodegradables, mientras que el resto de los comercios tendrá 18 meses de plazo. También se prevé que el municipio destine fondos a campañas de concientización para los vecinos y para que se sumen a la iniciativa la mayor cantidad de empresas posibles. Las multas serán fijadas por vía reglamentaria, al igual que el decomiso de bolsas plásticas, y la clausura de los establecimientos. Oscar Gramajo, ingeniero químico y titular de la Dirección de Control Ambiental y Bromatología (ex Dipsa) celebró la incitativa y ponderó la época de la propuesta. “Creo que este es el momento. La sociedad madura para recibir este tipo de cambios, hay una consciencia ambiental y la gente se está acostumbrando a las bolas reutilizables, como las de fiselina, o las clásicas bolsas de mercado. Es una cuestión de costumbre, no es algo tan complicado”, analizó el funcionario, quien se encuentra realizando un informe acerca de la factibilidad de esta norma. Gramajo recordó que San Miguel de Tucumán ya dispone de una ordenanza, la N° 4105, que prohibe el uso de este tipo de bolsas altamente contaminantes. “La ordenanza data de 2009, pero por oposición de varios sectores se aplazó su puesta en marcha. La nueva iniciativa inserta modificaciones interesantes, que la hacen más coherentes”, destacó. Entre esas modificaciones, el proyecto que se está tratando prevé que sí podrán usarse bolsas de polietileno virgen (transparentes, sin colorantes ni tinciones) para mercadería como carne o pan, dado que otro tipo de envases no serían bromatológicamente aceptables. “Ahora habría que ir por más y conseguir que sea una ley provincial, para evitar que la gente se vaya a otro municipio a hacer las compras porque no estén prohibidas las bolsas”, concluyó. Según Gramajo, los supermercadistas recibieron de buena gana la iniciativa y están en sintonía con el nuevo proyecto, porque para ellos las bolsas implican un importante costo y, nuevamente, porque hay una mayor conciencia ambiental. En Yerba Buena, la Ordenanza 2.027 prohíbe en todo el municipio la entrega de bolsas plásticas de polietileno para el transporte de mercaderías. Fue promovida por los concejales Marcelo Rojas y José Macome, y se aprobó por unanimidad el 23 de diciembre pasado. En el artículo segundo, se especifica a quiénes les atañe la disposición: híper y supermercados y negocios mayoristas y minoristas, de cualquier tipo. En abril pasado, el sitio La Gaceta publicó que cada habitante de Yerba Buena consume, en promedio, unas 30 bo
Fin al reinado de la bolsa plástica en los comercios
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