Por Jorge Boimvaser
Diario Veloz
Una metáfora del automovilismo a la que apela un hombre de Presidencia para referirse a la salud de la Presidente: después de lo que le ocurrió, nunca más puede pasar de tercera velocidad… y la llevan a que ande en quinta.
Junio de 1974. Juan Domingo Perón era ya un hombre grande, muy baqueteado y su salud estaba resquebrajada. El virtual primer ministro de entonces, José López Rega, programa una visita al Paraguay en un barreminas -«Neuquén», y lo expone varias horas en cubierta bajo una llovizna constante y un frío no apto para una persona anciana. Los médicos desaconsejaron aquel viaje, pero «el brujo Lopecito» no entraba en razones.
No sólo fue el último viaje de Perón al exterior, sino fue apurar su deceso que se produjo semanas después, el 1 de julio de 1974.
Enero del 2014. Cristina Fernández no está en condiciones de hacer vuelos prolongados. Una persona que pasó la situación límite de un ACV detectado a tiempo y por eso salvó su vida, no es conveniente subir a un avión y viajar por horas sometida a la presión natural de todo vuelo.
Sin embargo, viaja igual al Caribe y allí se detectan los primeros síntomas que algo no andaba bien en su salud.
Si hubiera sido atendida en Cuba, el fantasma de lo sucedido con Hugo Chávez hubiera aparecido como un acto reflejo en la memoria colectiva de todos.
No sabemos (o sí, pero preferimos guardarlo por ahora) quien fue el nuevo López Rega que pergeñó esa gira inconveniente, pero de regreso al país los voceros oficiales hablaron de una lumbalgia.
La siguen sometiendo a presiones y Cristina no puede andar en quinta velocidad.
Los gobernadores que le responden piden a los gritos que cambien a los «gurkas» (así lo llaman) del Ministerio de Economía.
Si un funcionario como Kiciloff es capaz de decir esa frase desafortunada que los Estados Unidos tiene una economía dolarizada, ya basta para darse cuenta que el cargo que ocupa bajo el designio de «La Cámpora» es una broma de mal gusto para los argentinos.
La propuesta de un gobernador lúcido del oficialismo es la de poner un gabinete económico de transición, comandado por alguien que dependa de Casa de Gobierno pero que esté integrado por economistas de los otros partidos de la oposición. También en la «opo» hay gurkas y fundamentalistas, pero hay hombres capaces de hacer aportes para que la economía no derrape mal como está ocurriendo con los precios y sus variantes.
Quien está viendo esa realidad es Florencia Kirchner, y lo dice a cierta gente de confianza con esta honestidad brutal.
«Mi mamá está con vida después de lo que le pasó porque Dios es grande, pero no sé cuántas más puede pasar así».
Y la frase lacónica que atemoriza a algunos que la escucharon: «Yo ya le dije que si la siguen sometiendo a tantas presiones, largue todo y volvamos a casa».
Fuente: http://www.diarioveloz.com/notas/116500-la-salud-cristina-fernandez-y-el-ruego-su-hija-flopy-mama-volvamos-casa