Tras la masiva manifestación en la capital formoseña en contra de las restricciones impuestas por el gobernador Gildo Insfrán, que terminó en incidentes y represión, los comerciantes desafiaron las medidas y abrieron los locales el viernes por la noche. Además, hubo un cacerolazo multitudinario a última hora.
La orden de que la ciudad regresara a la fase 1 de cuarentena terminó por enfurecer a empresarios, comerciantes y ciudadanos en general que llevan un año tolerando fuertes restricciones. Y salieron a la calle, desobedeciendo la orden directa.
Aunque las protestas comenzaron la noche del jueves, los incidentes se produjeron el viernes, cuando la policía reprimió a los manifestantes. El desalojo dejó varios heridos y, al menos, 93 detenidos. Pese a los balazos de goma y los gases lacrimógenos vencidos que lanzaron los uniformados, a la noche los vecinos volvieron a la vía pública con bocinazos: “La provincia se despertó”, resumió uno de los manifestantes.
“No teníamos piedras y la policía nos reprimió. Ahora siento alegría, mucha emoción. Nunca conocí otro gobernador. Hoy cambió Formosa, ya no tengo miedo”, expresó una mujer a TN en medio de los cacerolazos y bocinazos de la noche. /
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