La joven, de 20 años, fue interceptada en plena calle por el abusador. La amenazó con un arma de fuego y la obligó a entrar a una casa. Indignación, bronca y protesta de familiares de la víctima.
Una joven de 20 años fue abusada sexualmente cuando regresaba a su casa, tras visitar a una amiga de su barrio de Villa Dominico, por un vecino que la interceptó en la vía pública y, mediante amenazas con arma de fuego, la introdujo en su vivienda para someterla.
Por el hecho, registrado el viernes durante la mañana en la calle Baradero al 4200, un muchacho de 25 años era buscado anoche por efectivos policiales luego que la justicia firmara el pedido de aprehensión, a partir de la presión ejercida por familiares y amigos de la víctima, que ante la demora decidieron cortar una avenida y las vías del ferrocarril de la línea Roca.
«Lamentablemente, tuvimos que recurrir al corte de las vías y una avenida, porque la situación se demoraba al ser fin de semana largo. Ibamos a tener que esperar hasta el lunes para que firmen la orden de captura. Nosotros teníamos miedo de que esta persona se fugue, entonces nos organizamos para cortar. De igual manera, estoy pidiendo que nos informen dónde lo llevan», dijo José, padre de la víctima, a DIARIO POPULAR.
Asimismo, el abuelo de la chica, estudiante universitaria y empleada, contó que su nieta «salió de su casa a visitar a su amiga, y cuando regresaba se topó con este vecino que la amenazó con un arma, y a los empujones la llevó al interior y la sometió sexualmente».
Silvia, madre de la chica, contó en medio de la conmoción que su hija «volvía de la casa de una amiga, que está a la vuelta de nuestro hogar, y fue interceptada por este degenerado que la introdujo adentro, con toda la impunidad del mundo».
«Lo conocemos desde que nació a este pibe», dijo el abuelo, y agregó que «la amenazó con arma de fuego, y una vez consumado el abuso, le prometió que si contaba lo que había pasado, iba a matarle a sus hermanitos y familia».
Una vez que la víctima logró llegar a su vivienda y contar a la familia lo que había sucedido, fue asistida y trasladada a un centro médico de la zona, donde le hicieron hisopados que confirmaron el abuso sexual. Luego, algunos familiares concurrieron al domicilio donde ocurrió la violación, buscando al responsable, pero ya se había fugado del lugar.
«Fuimos a la casa pero ya no estaba. El padre nos atendió. Quiero decir que este hombre es una persona excelente. Nos dijo: ‘hagan lo que tengan que hacer, mátenlo si es necesario’. Este pibe tiene antecedentes de violencia, estuvo internado en dos granjas, es adicto a las drogas», contó el abuelo de la chica,
Lo cierto es que, pasadas algunas horas, amigos y familiares de la víctima lograron ubicar la vivienda donde estaba escondido el sospechoso, lo que fue notificado a las autoridades de la seccional policial 4ta de Sarandí. «En ese momento, nos dijeron que la justicia no había firmado la orden de captura, entonces no podían hacer mucho para capturarlo», dijo el abuelo.
En ese momento, comenzó una «larga negociación», en palabras del madre de la chica, con el juez de la causa, para que firme la orden de aprehensión. Como el documento no aparecía, se decidió el corte de las vías y una arteria de Villa Domínico. «Tuvimos que hacerlo, no quedó otra medida. Y fue importante que se acercaran los medios de comunicación. La orden apareció a la noche. De igual manera, estamos expectantes, porque tal vez te dicen que está atrapado, pero lo único que quieren es que levantemos el corte», dijo José.
Mirador, donde actualmente funciona un Espacio para la Memoria, y estuvo allí privado de su libertad ocho horas acusado de haber robado un celular.
Según surge de la causa, el ahora ex policía Torales, quien en ese momento estaba a cargo del destacamento, junto a otros dos agentes aun no identificados, torturaron a Luciano con golpes, insultos y amenazas.
Por ese delito, el ex policía enfrenta una pena de entre 8 a 25 años y del debate podrían surgir elementos para identificar a los otros efectivos responsables.
Litvachky recordó que la hermana de Luciano lo fue a buscar al destacamento y en ese momento escuchó sus gritos cuando lo estaban torturando.
En tanto, la madre de Arruga contó que al ser liberado, su hijo le contó que había sido golpeado y señaló a Torales.
Las lesiones fueron constatadas por médicos del Policlínico de San Justo y desde entonces el chico fue interceptado varias veces en la calle por la policía.
En su indagatoria, el efectivo admitió haber estado en el destacamento cuando Arruga fue demorado, pero negó haberlo golpeado.
Cuatro meses después de esta detención, el 31 de enero de 2009 a las 21, Luciano salió de su casa de Lomas del Mirador, pero nunca regresó.
Luego de seis años sin saberse nada de su paradero, el 17 de octubre el CELS anunció que el cuerpo del adolescente había sido encontrado enterrado como NN en el cementerio porteño de la Chacarita.
Después de rastrearse una causa judicial, se estableció que Luciano había sido atropellado por un auto la madrugada del 1 de febrero a las 3.21 cerca del cruce de la avenida General Paz y Emilio Castro, cuando cruzaba corriendo la autovía.