A día de hoy, la industria de cannabis continúa abriendo más segmentos en América Latina y expandiendo su comercialización en el mundo. En ese contexto, el Gobierno Argentino está preparando una reglamentación que involucra una ley integral que regule el autocultivo medicinal de cannabis.
El proyecto de reglamentación para la ley de “investigación médica y científica del uso medicinal de la planta de cannabis y sus derivados” tiene como objetivo tratar diferentes patologías y por tanto, autoriza la distribución de derivados como el aceite a través de farmacias. Esta norma permitiría salir de la clandestinidad a los muchos cultivadores que hasta ahora operan con temor.
Mamá Cultiva, es una de las organizaciones que integraron la mesa de diálogo. Dicha ONG nació en 2016 a raíz de la iniciativa de un grupo de madres con hijos “con diferentes condiciones de salud” y, desde su fundación, lucha por la legalización de la planta de cannabis.
“No es una ley de uso, no es una regulación del cannabis, es una ley de investigación, y que dentro de esa ley de investigación podamos meter una mini regulación para quienes cultivamos para la salud es un montón”, sostuvo Valeria Salech, presidenta de Mamá Cultiva Argentina.
La ley original fue aprobada en 2017, con el objetivo de promover “la investigación médica y científica del uso medicinal, terapéutico y/o paliativo del dolor de la planta”, pero el Ejecutivo de Alberto Fernández le dará una reglamentación más amplia y permisiva, lo que supondría una primera victoria para las organizaciones.
Los países de América que han legalizado el cannabis
En Latinoamérica, al menos siete países (Colombia, Ecuador, Chile, México, Perú, Paraguay y Puerto Rico) han aprobado la marihuana con fines medicinales. En 2017, el Gobierno Colombiano concluyó el proceso de definición de las reglas de juego para la producción y transformación de cannabis para fines médicos y científicos.
En México, la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) autorizó la comercialización de productos derivados del cannabis. Concretamente, otorgó 57 permisos a diversas marcas para producir materias primas, alimentos, bebidas, suplementos alimenticios, cosméticos y farmacéuticos. Ninguno de los productos supera el 1% de comando de THC. Entre las empresas beneficiadas, cuatro son mexicanas, dos estadounidenses y una de capital español, según datos proporcionados por SINCABLE en su reseña Aceite de CBD.
En Ecuador, la Asamblea Nacional del Ecuador aprobó el uso de los derivados del cannabis para fines medicinales y terapéuticos. Se registraron 83 votos a favor, 23 en contra y 23 abstenciones.
En Chile, el proyecto de Ley de Cultivo Seguro también aprueba su uso con fines medicinales. “Los beneficios reportados por millones de pacientes en todo el mundo y el creciente avance de las regulaciones de cada vez más países, gatillan exponencialmente las investigaciones científicas y la implementación de mallas curriculares en universidades para formar médicos en el tema”, sostuvo la directora de la Fundación Daya.