Durante dos horas, Clinton, la favorita según la mayoría de los sondeos, se enfrentó en lo que pareció un careo con el veterano senador por Vermont, Sanders, quienes se trenzaron varias veces en acaloradas discusiones, especialmente sobre los temas de control de venta de armas y distribución de la riqueza. Como demuestran las encuestas, el tercer aspirante a la Casa Blanca demócrata, el ex gobernador de Maryland, Martin O’Malley, quedó completamente relegado en la discusión y tuvo que esforzarse por lograr participar. El debate fue emitido por la cadena de noticias NBC y se realizó en el teatro Gaillard Center de Charleston, en Carolina del Sur, según informó la agencia de noticias EFE. En esta misma ciudad hace exactamente una semana los precandidatos presidenciales republicanos realizaron su penúltimo debate antes de la primaria de Iowa. Ese estado marca el inicio de una serie de 50 votaciones primarias, que decidirán en julio próximo quienes serán los dos candidatos que se enfrentarán en los comicios presidenciales de noviembre próximo. Con esa gran cita en el horizonte, Clinton abandonó la cordialidad que la caracterizó en los debates anteriores y trató de desacreditar a Sanders, especialmente alrededor de la necesidad de imponer controles a la venta de armas, uno de los pocos temas en los que la ex secretaria de Estado, ex senadora y ex primera dama se ubica más a la izquierda que su rival. «El senador Sanders votó con la Asociación Nacional del Rifle (NRA), con el lobby de las armas, muchas veces. Votó por la inmunidad de los fabricantes y vendedores de armas», denunció Clinton. El veterano senador de 74 año, oriundo de uno de los estados que más defienden el uso de armas, intentó defenderse. «En Vermont fui firme contra el lobby de las armas, me opongo a que se vendan en este país armas de estilo militar, estoy a favor de la revisión de antecedentes instantánea», sostuvo Sanders, quien este fin de semana celebró el ingreso al Congreso de un proyecto de ley que prevé retirar la inmunidad a los vendedores y fabricantes de armas. Clinton celebró el apoyo de Sanders, pero recordó que en 2005 apoyó una ley que establecía todo lo contrario. La ex senadora por Nueva York también trató de atacar a Sanders por su «discurso socialista». Según Clinton, su rival quiere «romper» la reforma de salud, impulsada por el presidente Barack Obama y aprobada por el Congreso en 2010. «No voy a romper la ley. Ayudé a redactarla. La voy a mejorar», contraatacó el senador, quien sostiene que se puede ir más lejos y crear un sistema de salud público universal, financiado con una suba de impuestos a los sectores más ricos. La estrategia de Clinton anoche fue clara: ella es la continuidad de Obama, mientras que Sanders es el candidato del cambio, que podría hacer peligrar lo ganado hasta ahora. Con dificultad, el veterano senador buscó desmentir esta lógica y presentarse como un candidato transformador sí, pero desde una posición superadora. Según la página web especializada Real Clear Politics, los dos precandidatos oficialistas llegan a las primeras primarias bastante cerca. Clinton se impondría en Iowa por sólo cuatro puntos porcentuales, mientras que lo superaría por seis en Nuevo Hamphire, diez días después.
Hillary Clinton y Bernie Sanders midieron fuerzas en el último debate presidencial
Que opinas? Deja tu comentario