Trágico caso de rabia: Un trasplante de riñón desencadena una cadena de contagios inusuales
Un hombre en Michigan ha perdido la vida tras recibir un riñón de un donante que también había fallecido a causa de rabia, en un raro giro de eventos que ha sorprendido a las autoridades sanitarias.
Un Trasplante con Consecuencias Mortales
Según un informe reciente de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el paciente en Michigan se sometió a un trasplante renal en diciembre de 2024. Aproximadamente cinco semanas después, comenzó a presentar síntomas graves como temblores, debilidad en las extremidades, confusión y problemas para controlar la orina. Su estado se deterioró rápidamente, siendo trasladado a un hospital donde falleció tras ser puesto en ventilación mecánica.
El Enigma del Donante
Las pruebas postmortem revelaron la presencia de rabia, lo que desconcertó a las autoridades ya que la familia del receptor negaba cualquier contacto reciente con animales. Sin embargo, al revisar la historia médica del donante, un hombre de Idaho, se descubrió que mencionó haber sido arañado por un zorrillo durante un intento de protección de un gatito.
El Encuentro Fatal con el Zorrillo
Según los relatos, el donante sufrió un rasguño en la espinilla, pero no consideró que fuera grave. Sin embargo, semanas después, comenzó a experimentar confusión, dificultad para hablar y caminar, así como alucinaciones. A pesar de ser reanimado tras un paro cardíaco, nunca recobró la consciencia y fue declarado con muerte cerebral.
Cadena Inusual de Transmisión
Al investigar más a fondo, se determinó que el riñón donado había transmitido la rabia al receptor. Aunque las pruebas de laboratorio iniciales realizadas al donante resultaron negativas, las biopsias de sus riñones revelaron una cepa de rabia compatible con la de un murciélago, sugiriendo que pudo haber habido una cadena de transmisión en la que un murciélago infectara al zorrillo, que luego contagió al donante.
Precauciones Posteriores y el Riesgo de Transmisión
Este suceso es solo el cuarto caso documentado de rabia transmitida por trasplante en EE. UU. desde 1978. La investigación llevó a que las autoridades retirasen inmediatamente los injertos de córnea de otros tres pacientes que recibieron órganos del mismo donante, administrando profilaxis post-exposición para evitar la infección. Afortunadamente, estos pacientes permanecen asintomáticos.
Desafiando la Rareza de la Rabia
Los CDC han señalado que, aunque la rabia suele ser excluida de las pruebas habituales para donantes debido a su rareza, el caso pone de relieve la importancia de la comunicación sobre riesgos de infección. Las condiciones previas del donante complicaron el diagnóstico y percepción de los síntomas por parte del personal médico.
Expertos Hablan sobre el Caso
En una entrevista con un medio nacional, la doctora Lara Danziger-Isakov, especialista en enfermedades infecciosas, subrayó la inusual naturaleza de este evento, reafirmando que el riesgo de infección por rabia en trasplantes es en general muy bajo.
