En el estadio Mineirao de Belo Horizonte, Argentina y Brasil disputan un encuentro es correspondiente a la undécima fecha de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial de Rusia 2018. Dirige el árbitro chileno Julio Bascuñán.
El 8 de julio de 2014 Brasil cayó al vacío. La humillación ante Alemania en el Mundial descubrió a una Seleçao aterrorizada, que perdió la luz y el alma hasta que Tite la rescató. Ahora vuelve al Mineirao para enfrentarse a Argentina dispuesta a enterrar a sus fantasmas.
La undécima fecha del premundial es mucho más que eso para ambas selecciones. Es la del clásico de mayor rivalidad del fútbol sudamericano, la que enfrente a Messi y a Neymar, y la que podría despertar en la Albiceleste la pesadilla de 1970.
• Rutas opuestas
Aquel fue el último año en el que la poderosa Argentina quedó fuera de una Copa del Mundo y ya hay quien alerta de que si la bicampeona no endereza pronto el rumbo, la recta final hacia Rusia 2018 puede convertirse en un calvario.
Pero este apretado premundial es una montaña rusa. En solo tres meses, Edgardo Bauza pasó de lograr la vuelta de Messi a la Selección, y de debutar poniéndola líder, a conducirla a la sexta plaza, fuera de los puestos para la próxima Copa.
Mientras, por el carril contrario, Brasil escapaba a toda velocidad de sus dos años en el infierno lanzada por los cuatro triunfos con los que comenzó la era Tite.
El técnico, sin embargo, tiene claro que poco importan en este clásico las realidades de cada uno.
"No me gusta ser hipócrita. Para la clasificación, el partido vale los mismos tres puntos, pero la dimensión que trae el clásico, la historia extraordinaria de los dos equipos le dan un componente diferente", confesó el miércoles en rueda de prensa.
• Messi y Neymar
Además, en esta inversión de trayectorias de los últimos meses faltaba un pasajero: Lionel Messi.
"Hoy Messi es el mejor", afirmó rotundo Tite cuando anunció su lista para el duelo. Y en la Seleçao nadie lo duda.
Durante el desplome de Argentina, cuando a esta generación harta de que la fortuna le saque la lengua comenzó a deambular errática, no estaba él. De baja por lesión, el capitán vio por la tele los decepcionantes empates contra Venezuela y Perú (2-2), así como la alarmante derrota en casa ante Paraguay (1-0).
En urgencias, la Albiceleste se encomienda ahora a su mago con los números en la mano. Sin Messi, el equipo consiguió apenas una victoria en siete partidos por las eliminatorias, y con él tres triunfos en tres encuentros.
Demasiado en juego como darle abrazos al enemigo, por mucho que enfrente esté uno de sus grandes cómplices en el Barcelona.
Después de volar juntos desde España, los dos astros interrumpen durante 90 minutos una amistad tan poco probable como consolidada, pero imposible cuando el balón rueda a este lado del Atlántico.
• Tite y Bauza
Y adelantarse al enemigo no será fácil en un duelo que se prevé eléctrico.
Fiel a su estilo, Tite desplega en el Mineirao su once de confianza. Con Neymar, Gabriel Jesús y Coutinho por arriba y Renato Augusto y Paulinho en la creación, el nuevo seleccionador logró agitar el juego gris y sin ideas que se había instalado en la Seleçao. Más suelta y creativa, esta 'canarinha' renovada se encuentra inmersa en un exitoso viaje a los orígenes por el que se ha asomado incluso el jogo bonito.
Respecto al último partido contra Venezuela, apenas caerían Filipe Luis por el recuperado Marcelo y Willian sería el sacrificado por el regreso de Neymar.
Mientras, Bauza sigue en el laberinto. Pese a que no ha dejado de defender a sus jugadores -algunos muy cuestionados como Agüero, Higuaín o Di María-, y volvió a llamar a casi todo el equipo que cayó contra Paraguay, al Patón no le salen las cuentas.
Tanto que cambia su esquema contra Brasil incluyendo varias alteraciones como la entrada de Enzo Pérez.
"Al equipo lo veo bien, fuerte seguro de lo que quiere. Tenemos la necesidad de hacer buenos partidos para tratar de sumar y con esa premisa han llegado", afirmó el técnico de Argentina en la víspera del partido.
"Depende de nosotros la clasificación y pensamos en los ocho partidos que nos quedan", añadió con su optimismo habitual.
• En el lugar del crimen
En el Mineirao, la Selección con su futuro en juego y Brasil con su pasado enfrente.
"En cada convocatoria, me digo: 'Voy a tratar de limpiar mi nombre y el de la selección'. Y todos los que estaban en aquella semifinal piensan lo mismo", confesó Marcelo el domingo en TV Globo.
Dos años después, la historia pasa de nuevo por Belo Horizonte.
Comentarios