La entidad realiza su tarea dentro del territorio argentino y su denominación se refiere a «fronteras culturales» y no a limites físicos, explicó a Télam Mariano Cerrella, vocero de la organización creada en 2012. Varios de los proyectos encarados por la organización tuvieron como escenario distintas localidades de Santiago del Estero, como ser la construcción de dos puentes en Colonia Dora, a 160 kilómetros de la capital provincial, que contó con el apoyo económico y el trabajo de 15 estudiantes avanzados de ingeniería de Suiza. Ingenieros sin Fronteras trabaja en la actualidad en la ampliación de aulas de computación de una escuela agrícola también de Colonia Dora, donde viven y estudian campesinos de la zona. «Nuestro foco más que ponerlo en el área de la ingeniería está puesto en aquellos derechos que tienen que ver con la educación y con el acceso a una vivienda digna», indicó. Al hablar de las inversiones que se requieren para llevar adelante las iniciativas explicó que «en cada proyecto es distinto, ya que hay propuestas que ya cuentan con financiación y otras veces están los recursos pero diseminados y nosotros nos encargamos de reunirlos». «En el caso de los dos puentes construidos en Colonia Dora -explicó- se reunieron fondos aportados por Recursos Hídricos de la provincia, el municipio y dinero reunido por los estudiantes suizos». «Ellos estaban buscando un trabajo de final de carrera para hacer, un proyecto social, y buscando por internet conocieron a Ingeniería Sin Frontera de Argentina y fue así que tomaron contacto con nosotros e hicieron varios viajes a nuestro país», relató. «Los estudiantes suizos -agregó- no solo reunieron fondos sino que también pusieron el cuerpo en la construcción, al igual que la población de Colonia Dora que trabajó en las obras». Explicó que uno de los objetivos de la organización es que la población se involucre en los proyectos, no solo en la construcción sino también en idearlos, «en el marco de un trabajo colectivo para no caer en un modelo asistencialista». «Nosotros intentamos trabajar para el desarrollo comuninatario, que la cosa no que quede circunscripta a un grupo de ingenieros que hace unos números, pone un puentes y se va», afirmó Cerrella. La ISF-Ar es una asociación interdisciplinaria sin fines de lucro que trabaja, según postulan, «por el desarrollo local de comunidades en situación de vulnerabilidad a través de proyectos de ingeniería». «Nuestro foco más que ponerlo en el área de la ingeniería está puesto en aquellos derechos que tienen que ver con la educación y con el acceso a una vivienda digna» La organización articula proyectos de ingeniería para el desarrollo comunitario de poblaciones en situación de vulnerabilidad, en colaboración con organizaciones, instituciones, universidades y empresas. Entre otras iniciativas la ISF-RA impulsó y logró junto con la comunidad la construcción de una carpintería de aberturas metálicas en La Cárcova, Provincia de Buenos Aires, y la construcción de un salón comunitario en Barrio Ramón Carrillo, en la Ciudad de Buenos Aires. Durante 2015 la organización construyó el segundo puente para la comunidad de Puente Negro, donde quinientas personas se encontraban en situación de aislamiento. También llevaron adelante la construcción de un sistema de calentamiento de agua en la escuela agrícola EFA Avellaneda, donde estudian jóvenes campesinos de la localidad de Colonia Dora. La escuela se rige por un sistema de alternancia por el que jóvenes campesinos viven dos semanas en el establecimiento y luego vuelven a sus casas a implementar lo aprendido. En la comunidad santiagueña de «El Negrito» se realizó además la construcción de cisternas y superficies de captación de agua para consumo humano.
Ingenieros realizan obras junto a comunidades en situación de vulnerabilidad
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