Más de una vez has visto a una chica muy bonita, de esas que imaginas haciendo una gran carrera en el modelaje o en el cine. Tiene un porte tan perfecto y tan ideal, que no puedes imaginar que haya razones por las cuales puede sentirse insegura o vulnerable.
No obstante, también tienen sus temores y fallas, porque son humanas, y también temen lo que los demás esperan de ellas.
Saben que están siendo juzgadas primero por su apariencia
Quien la mira va juzgar como se supone que es, si es amable, simpática, amigable o creída. Por eso trata de que todo sea perfecto a primera vista
Les han hecho creer que es todo lo que tienen
Le han dicho que todo depende de su belleza, para cualquier cosa que se proponga, ya sea encontrar el amor o tener un buen empleo. Todo depende de cómo luce, y es un reino que caerá con el tiempo.
Las describen por el primer adjetivo que se les ocurre
Nadie dice que es inteligente, o brillante. De ella se dice que es bonita, hermosa, moderna o radiante. Todos adjetivos que no dan lugar a imperfecciones o a la inevitable vejez.
Temen al tiempo
La llegada de las primeras canas o expresiones faciales marcadas, son un momento de terror. Pagarán lo que sea a un cirujano para que las cubra, las borre, o lo que sea que pueda hacer.
Nadie busca si tienen algo más para dar
Las personas que la rodean no hablan de nada importante con ellas, porque piensan que no tienen nada que decir. Los temas en torno a ellas son la imagen, el status y la importancia de tener pareja.
Recienten el pasado
No han dejado atrás su época de Patito Feo, cuando eran niñas y usaban frenos, o eran flacuchas y las hacían sentir mal. Se convirtieron en cisnes, y no son capaces de festejarlo.
Estas muchachas son víctimas de los diversos paradigmas de lo que debe ser una mujer. Esperemos florecen como personas y comprender pronto como ver a las personas desde otra óptica.