La ofensiva del ejército iraquí contra los islamistas del autodenominado Estado Islámico para desalojarlos de Mosul, la segunda ciudad del país, está provocando la huida de los jefes yihadistas. Según un general estadounidense, en el tercer día de la ofensiva de las fuerzas iraquíes, que preparan nuevos ataques para este jueves alrededor del último gran feudo del ISIS en Irak. Desde el lunes, las fuerzas federales y kurdas iraquíes hicieron rápidos progresos, acercándose desde varios frentes a la segunda ciudad de Irak. Para ello cuentan con el apoyo de la coalición internacional liderada por Estados Unidos que, además de su aviación, tiene en el terreno desplegados militares en labores de asesoramiento y entrenamiento. Según el general estadounidense de esta coalición, Gary Volesky, “responsables [del ISIS] se fueron” de la ciudad y son los yihadistas extranjeros los “que se quedarán y lucharán” en Mosul. Antes de alcanzar los suburbios de Mosul, donde estarían atrincherados entre 3.000 y 4.500 terroristas fuertemente armados, las fuerzas iraquíes deben atravesar territorios controlados por ISIS. Esta batalla será “difícil”, auguró el presidente estadounidense Barak Obama, igual que otros líderes occidentales. En Moscú, por su parte, continúa la guerra fría ante cualquier movimiento en este teatro de operaciones que tenga que ver, aunque sea tangencialmente, con EEUU. Así, el jefe del estado mayor ruso, el general Valery Gerasimov, afirmó por su parte que en esta ofensiva no se tiene que “expulsar terroristas” del ISIS de Irak hacia Siria “sino que hay que abatirlos en el lugar”. Cientos de miles de civiles en Mosul viven desde hace dos días sacudidos por los bombardeos contra el ISIS, intentando sobrevivir entre ataques y escasez de alimentos. “No dormimos en toda la noche por culpa de los ataques aéreos. Oímos grandes explosiones pero no sé cuáles son sus objetivos”, afirmó a la AFP por teléfono Abu Saif, un residente de 47 años. “Muchas familias empiezan a carecer de algunos alimentos básicos, ya no hay comercio en Mosul, la ciudad está aislada del mundo”, advirtió. Las tropas federales ingresaron el martes en varios barrios de Qaraqosh, situada a unos 15 km al sureste de Mosul, suscitando manifestaciones de alegría entre los cristianos que se refugiaron hace dos años en la cercana región kurda. “Rodeamos ahora Hamdaniya”, declaró a la AFP el teniente Riyadh Tawfiq, comandante de las fuerzas terrestres iraquíes, en la base de Qayyarah –desde donde se organiza gran parte de la ofensiva–, refiriéndose al distrito que incluye Qaraqosh. “Preparamos un plan para lanzar un asalto y limpiar” la ciudad, dice, añadiendo que “hay focos [de resistencia], combates y [los yihadistas] recurren a los coches bomba pero esto no les ayudará”. Unas 50.000 personas vivían en Qaraqosh, situada en la llanura del Nínive, al este de Mosul, antes de la ofensiva de ISIS en agosto de 2014 que obligó a huir a la mayoría de la población, en general hacia el Kurdistán. Qaraqosh era la mayor de las ciudades cristianas de Irak, y por ello tiene un carácter simbólico, según Faraj Benoit Camurat, presidente de Fraternidad en Irak, ONG que apoya a las minorías en este país. Unos 300.000 cristianos estarían aún presentes en Irak.
ISIS huye de Mosul tras ofensiva iraquí
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