Joaquín Ignacio Mogaburu ha sido nombrado como el nuevo Subsecretario de Derechos Humanos, reemplazando a Alberto Baños, quien renunció por “motivos personales” la semana pasada. Mogaburu, con más de 15 años de trayectoria en el Poder Judicial, se destaca por su labor en Tribunales Orales Federales y en el Ministerio de Defensa.

Perfil profesional de Joaquín Mogaburu

Este nuevo funcionario cuenta con una formación académica destacada: es profesor de historia y abogado egresado de la Universidad Católica Argentina (UCA), posee una Diplomatura en Derecho Penal y ha completado un máster en Derechos Humanos en la Universidad de Navarra. Además, recientemente culminó un Doctorado en Ciencias Jurídicas en la misma institución.

Docencia y compromiso social

Además de su rol como Subsecretario, Mogaburu es profesor en el Colegio La Sagrada Familia y en la UCA, donde imparte cursos sobre Derechos Humanos. Desde 2001, también forma parte del grupo misionero Cura Brochero, reflejando su compromiso con la educación y la justicia social.

La visión del Gobierno para la Subsecretaría

El anuncio fue realizado por el secretario de Justicia, Sebastián Amerio, quien subrayó que Mogaburu posee la claridad y convicción necesarias para llevar adelante las políticas del gobierno. En su discurso, Amerio destacó que la gestión actual ha implicado una reestructuración importante, eliminando 14 cargos jerárquicos y reduciendo a la mitad la planta de personal en derechos humanos, lo cual se traduce en un ahorro significativo para la nación.

Contexto del nombramiento

Este nombramiento coincide con el Día Internacional de los Derechos Humanos, lo que pone en relieve la intención del gobierno de redirigir la política de derechos humanos, buscando desideologizar las prácticas anteriores y promover una administración más transparente.

De la polémica a la renuncia: el caso de Alberto Baños

El anterior subsecretario, Alberto Baños, dejó el cargo tras casi dos años, sumido en la controversia por sus declaraciones en la ONU, donde cuestionó la narrativa tradicional sobre los derechos humanos en Argentina. Su renuncia se produce en un contexto de críticas hacia la gestión actual, que busca implementar una “memoria amplia” sobre el pasado reciente del país.

En sus declaraciones, Baños hizo eco de su desacuerdo con ciertas ideologías que dominan el discurso sobre derechos humanos, afirmando que “los negocios del pasado se acabaron”, en lo que fue una defensa de su gestión y una crítica a quienes mantienen una narrativa diferente sobre la historia argentina.