Detrás de un juego que tuvo millones de descargas, que pobló los celulares en distintos puntos del mundo, que rompió los récords al convertirse en un fenómeno en Itunes, está Jordan Casey.
No es un hombre encerrado en una habitación, brillante para la programación pero con dificultades para socializar, tampoco un nerd -más canchero y actual- de la serie The Big Bang Theory, es un adolescente irlandés de buzo naranja, jean azul oscuro y zapatillas.
Pasaría inadvertido entre un grupo de chicos, pero su historia lo distingue: empezó a programar a los 9 años y a los 12 arrasó en ventas con su primer videojuego.
Hoy, con 15 años, es el CEO más joven de Europa y tiene tres empresas bajo su creación. Esta semana, en Madrid, España, fue una de las figuras de Pangea, un encuentro que reúne a más de 200 jóvenes que sobresalen «por su talento, nuevas ideas y su espirítu emprendedor», según detallan los organizadores.
«Empecé cuando tenía nueve años. Solía jugar por Internet. Veía que la gente se dedicaba a hacer webs y blogs. Me parecía una práctica interesante. Así que me compré un libro sobre programación y de esa manera empecé. No lo veo como un trabajo. Es más bien un hobbie», explica este chico, exponente de la generación Z o generación Web, la de los nativos digitales.
Lo que comenzó como un «pasatiempo», en 10 años, cuando Jordan cumpla 25, representará más de una década de experiencia en trabajo en start-ups (emprendimientos empresariales).
Una maestra fue la primera en advertir sus capacidades para la computación y se lo contó a sus padres.
Ellos, según cuenta Jordan, al principio no lo comprendían.
«Pensaban que se trataba de jugar y no de diseñar. Para mis amigos, en cambio, era algo cool».
En la actualidad, sus padres, quienes se dedican al servicio financiero, entienden y apoyan su carrera.
Son los encargados de dirigir las tres empresas hasta que Jordan alcance la mayoría de edad y se turnan para acompañarlo en sus viajes.
Cuando este chico de piel blanca y pelo rojo fuego no es invitado por alguna institución para dar una charla, la vida puertas adentro, junto a sus dos hermanos, transcurre entre la escuela, las clases de fútbol, la computadora y las consolas de juego.
«Compaginar el estudio con los plazos de entrega de la compañía fue complicado. Pero tampoco para tanto», desdramatiza, como fiel integrante de una generación que vive entre pantallas y a la que no le da miedo lanzarse a escribir líneas de código.
Fuente: http://www.clarin.com/sociedad/anos-creo-empresas-Internet_0_1294670934.html