El ministro de Economía, Axel Kicillof, afirmó hoy que la industria creció este año un 1,4%, dejando de lado a la industria automotriz más atada a las exportaciones, y también señaló que los balances de las 38 empresas que cotizan en la Bolsa muestran entre un 8,1 al 9,5% de crecimiento de ganancias. Lo expresó en su discurso en la conferencia anual de la Unión Industrial Argentina (UIA) Argentina, oportunidad en la que además defendió el papel del Estado, señalando que la Argentina “no tendría industria sin Estado; parte de la industria actual es resultado directo del Estado”, dijo y puso como ejemplo la industria del aluminio y del acero. Sostuvo que “no hay ningún país emergente que haya tenido un proceso espontáneo de industrialización sin una fuerte participación del Estado; esto es un hecho”, y señaló que después está la cuestión cualitativa y cuantitativa, respecto de la participación del Estado. Recordó que en la Argentina la industrialización que tuvo lugar en los años ’40 hasta mediados de los ’70 “el Estado fue determinante; sin el Estado no había posibilidad de ponerla en marcha”, tras lo cual recordó el proceso de destrucción que sobrevino después del golpe del 24 de marzo de 1976 y las privatizaciones de los ’90, en las que también intervino el Estado. “No fue el mercado, el que destruyó la industria fue el Estado”, dijo y acotó que “el liberalismo no es poco Estado; muchas veces es mucho Estado; estado privatizador, Estado ajustador”, acotó y recordó la propaganda estatal de los años de la dictadura sobre las sillas argentinas que se rompían al sentarse, en comparación con las extranjeras que se mostraban como resistentes. Reseñó luego que el proceso de reindustrialización se inició en 2002, con la llegada al gobierno del presidente Néstor Kirchner, y pidió que en el seno de la conferencia industrial no se caiga en falsas antinomias sobre el papel del Estado. Cuando empiezan a pedir menos Estado, advirtió después ‘agarrate Catalina…’, dijo señalando que menos Estado significa “terminar con las políticas para la reindustrialización del país” y recordó cómo se estigmatizó la promoción industrial y a su regreso se duplicó el PBI de la industria. Kicillof destacó que uno de los nudos de discusión es si la Argentina va a seguir creciendo con inclusión social, porque hay quienes creen que se puede crecer sin inclusión, dijo, aplicando “la famosa teoría del derrame: primer se crece y después se distribuye. Con ese verso achicaron a la economía”, dijo. “No hay mejor instrumento de crecimiento que la inclusión social, no son dos factores separados”, dijo el titular del Palacio de Hacienda y subrayó que “sin inclusión social no hay crecimiento posible en la Argentina; no hay sostenibilidad política” y recordó la crisis de los ’90 y la de 2001. “La inclusión social es un instrumento de crecimiento; era mentira que primero hay que crecer; hay que distribuir para poder crecer”. Explicó luego que la inclusión social genera capacidad de compra, mercado interno” y sostuvo que “el incremento de la producción industrial tuvo que ver con la dinámica del mercado interno”. “La mejor forma de inclusión social es el empleo digno”, acotó y aclaró que “no ha habido choque entre la inclusión social y el crecimiento; tampoco ha habido choque entre el agro y la industria. En general, dijo, lo que tratan es de instalar la dicotomía, para dejar afuera la inclusión” y destacó que estos años fueron los de mayor crecimiento del agro, con record de cosechas.
Kicillof afirmó que la industria creció este año el 1,4%, desagregando al sector automotriz
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